La rehabilitación del Parkinson es un proceso integral que debe incluir la atención psicológica, además de terapias físicas, que pueden abarcar la hidroterapia, las cuales ayudan a mejorar la calidad de vida de los pacientes que padecen daño neurológico, posibilitando un avance más lento del padecimiento, así como un mejor estado físico frente a las dificultades de movimiento que se producen a raíz de la enfermedad.