Hernia Inguinal en Niños

¿Qué es una Hernia Inguinal en niños?

Se trata de una patología frecuente en los menores y se presenta desde el nacimiento, por lo tanto no se puede prevenir a diferencia de los casos en adultos.

Es un padecimiento congénito y no se tiene certeza de sus causas. 

Se describe como un abultamiento pequeño en el área de la ingle del menor, o bien, se puede presentar agrandamiento en el escroto en el caso de los niños.

¿Cómo saber si mi hijo tiene hernia inguinal?

El principal síntoma es el pequeño bulto redondo que se percibe en el área inguinal o en el escroto cuando se trata de los varones y puede llegar a causar molestias en los pacientes.

La protuberancia es inmediatamente visible ante los padres y por ende deben llevar al menor a consulta con un experto. El especialista realizará un examen clínico y usualmente no se requiere de otras pruebas.

Cabe mencionar que una hernia inguinal no es necesariamente maligna, pero siempre debe tratarse para evitar complicaciones.

¿En qué pacientes se presenta con mayor frecuencia?

Esta enfermedad se presenta con mayor frecuencia en bebés hombres y prematuros, debido al menor tiempo que estuvieron en el útero y el conducto no logró cerrarse adecuadamente.

Generalmente, cuando se identifica en niños mayores, es porque en la mayoría de los casos no se identificó en la etapa neonatal y debido a 3 razones principales:

• La hernia era demasiado pequeña
• No se presentó ningún síntoma
• No se examinó el área

Tratamiento

La única manera de reparar la hernia inguinal será mediante una intervención quirúrgica, la cual actualmente se realiza vía laparoscópica, aunque también puede ser de forma abierta. En todos los casos se debe realizar por un cirujano pediátrico o un urólogo pediátrico.

Para el procedimiento, se aplicará anestesia general o local según sea el caso y el especialista hará una pequeña incisión para trabajar alrededor de 30 minutos. Esta cirugía es ambulatoria, por lo que los padres podrán llevarse al menor a casa ese mismo día.

Se puede presentar alguna molestia o dolor, por lo que el experto podrá suministrar medicamentos analgésicos para controlar las reacciones.

La recuperación varía en cada paciente, pero habitualmente en un lapso de 1 a 2 semanas el niño podrá estará totalmente recuperado.   

 

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