¿Qué es la Cirugía Tiroidea?
La Cirugía Tiroidea consiste en extirpar toda la Glándula Tiroides o una parte de ella. También se conoce con el nombre de Tiroidectomía.
Esta operación utiliza para tratar el Cáncer de Tiroides, el Hipertiroidismo (exceso de Hormona Tiroidea) y los Nódulos Tiroideos.
¿Por qué se hace?
La Glándula Tiroides se encuentra en el cuello y es la encargada de producir la Hormona Tiroidea, que controla el metabolismo del cuerpo.
La Cirugía Tiroidea se puede realizar por varias razones, pero más comúnmente está relacionada con el crecimiento de tumores o Nódulos (generalmente son Nódulos no cancerosos) en la tiroides.
La intervención también puede corregir el Hipertiroidismo, una condición que causa la producción excesiva de Hormona Tiroidea.
Finalmente, también puede tratarse de un tratamiento del Bocio Nodular o Simple, hinchazón de la glándula.
El Bocio puede ser lo suficientemente grande como para obstruir la garganta, afectando, entre otras cosas, la capacidad del paciente para tragar y respirar.
¿En qué consiste?
El tipo de intervención que se ofrezca dependerá del paciente y de sus características; existen varios tipos de procedimientos y el cirujano le aconsejará cuál es el mejor disponible.
Los tipos de procedimientos más comunes son la Lobectomía, la Tiroidectomía Total y la Tiroidectomía Subtotal.
En la Lobectomía, se extrae uno de los dos Lóbulos de la Glándula Tiroides. Se realiza en pacientes cuya hinchazón, Tumores o Nódulos, afectan solo a la mitad de la Glándula.
En la Tiroidectomía Subtotal, se extrae la Tiroides, pero también se deja una pequeña porción de Tejido Tiroideo en su lugar.
Esto implica que la función de la Glándula Tiroides permanece intacta.
Sin embargo, la operación puede causar Hipotiroidismo (que conduce a una producción insuficiente de Hormona Tiroidea).
En la Tiroidectomía Total se extirpa toda la Glándula Tiroides junto con el tejido.
Esta intervención generalmente está indicada en casos en que los nódulos o la inflamación afectan a toda la Glándula Tiroides o en pacientes con Cáncer.
Durante la cirugía, se realiza una incisión en el cuello para extraer toda la Glándula Tiroides, o parte de ella.
El procedimiento se realiza bajo anestesia general, con el paciente dormido.
También se puede realizar en forma de un procedimiento mínimamente invasivo.
Preparación para la Cirugía Tiroidea
Antes de planificar la operación, se debe realizar una primera consulta para verificar que el paciente sea un candidato ideal para la Cirugía Tiroidea.
El cirujano le aconsejará sobre las precauciones que deben tomarse y le explicará cuáles son los posibles medicamentos recetados que el paciente puede tomar de manera segura.
Los Anticoagulantes no deben tomarse durante varios días antes de la cirugía.
Recuperación post-intervención
La Cirugía Tiroidea generalmente es exitosa y las complicaciones son poco frecuentes. Después de la cirugía, se esperan unos días de descanso.
Además, es necesario evitar conducir hasta que el paciente pueda girar la cabeza de un lado a otro y ya no esté tomando medicamentos para aliviar el dolor.
Después de la operación, es normal sentirse incómodo y el paciente puede tener dolor de garganta durante unos días.
Los pacientes verán la formación de una cicatriz que, en los meses posteriores a la operación, desaparecerá gradualmente hasta que se vuelva prácticamente invisible.
En algunos casos, uno de los efectos secundarios de la cirugía es el Hipotiroidismo, el cual se puede controlar mediante la Terapia de Reemplazo Hormonal.
Los pacientes pueden esperar disfrutar de una vida normal y saludable.
¿A qué especialista consultar?
Es importante acudir con un Cirujano Oncológico, General o Endócrino. Será este quien valore y determine la Cirugía Tiroidea para el paciente.