Ventajas y riesgos de la Cirugía Cardiovascular Mínimamente Invasiva
La Cirugía Cardiovascular Mínimamente Invasiva se basa en Intervenciones Cardiovasculares de mínimo acceso. Los especialistas usan técnicas especiales que reducen el tamaño de las incisiones
¿Qué ventajas presenta la Cirugía Cardiovascular Mínimamente Invasiva?
La Cirugía Cardiovascular Mínimamente Invasiva precisa de instrumentos particulares que faciliten las maniobras a través de las pequeñas aperturas quirúrgicas. Con la disminución del tamaño de las incisiones, se disminuye también el de las cicatrices. Esto reduce la posibilidad de infecciones y sangrado, así como las probabilidades de que se abra la herida tras la operación.
Otra ventaja es que con la reducción de la magnitud de la herida quirúrgica, el dolor después de la intervención es menor, la recuperación más rápida y, por lo tanto, la estancia en el hospital más corta.
¿Qué riesgos tiene este tipo de cirugía?
Los riesgos de la Cirugía Mínimamente Invasiva son menores a los de la cirugía convencional, debido al tamaño menor de la herida. Aun así, en el caso de que el profesional tenga la necesidad de mejorar la visibilidad, es posible ampliar las incisiones del campo quirúrgico y pasar de una cirugía de mínimo acceso a una convencional, con todos sus riesgos.
¿Qué cuidados debe seguir el paciente después de la operación?
El pos-operatorio del paciente es el mismo que el de cualquier Cirugía Cardiovascular. La diferencia, como ya hemos comentado, es la disminución del dolor y de la estancia en el hospital, dado que las heridas son mucho más pequeñas. De hecho, es habitual que el paciente pueda caminar pasadas solo 48 horas de la intervención.