Vacunas: por qué, cuándo y cómo
Las Vacunas evitan una serie de enfermedades que pueden ser graves e incluso mortales, y además algunas de ellas carecen de tratamiento causal efectivo. De esta forma, la mejor manera de luchar contra ellas es vacunando a los más pequeños
¿Cuándo se debe empezar a vacunar a los niños?
En cuanto sea posible es necesario administrar las Vacunas correspondientes a los niños,aunque también va a depender de la enfermedad de la cual queramos proteger al niño. Algunas como la Hepatitis B se pueden vacunar desde el momento del nacimiento. Otras como el Virus del Papiloma Humano se puede administrar a partir de los nueve años, once o doce años.
¿Existe alguna vacuna no obligatoria que deberían tener todos los niños?
Las vacunas recomendadas a la población infantil se pueden dividir en tres grupos:
- Vacunas sistemáticas financiadas por la Sanidad Pública: deben recibirlas todos los niños. Éstas son las vacunas frente a la Hepatitis B, la Difteria, el Tétanos, la Tosferina, la Poliomielitis, el Haemophilus Influenzae tipo b (Hib), las infecciones por Neumococo, el Sarampión, la Rubeola, las Paperas, la Varicela, la Meningitis C y el Virus del Papiloma Humano (VPH)
- Vacunas sistemáticas no financiadas por la Sanidad Pública: sería ideal que todos los niños las recibieran, pero deben ser adquiridas en las farmacias: las vacunas frente al Rotavirus y frente al Meningococo B
- Vacunas para grupos de riesgo: las pueden recibir todos los niños, pero se les recomienda a aquellos con un mayor riesgo de padecer estas enfermedades o que en ellos, éstas puedan ser más graves. Estas vacunas son financiadas para estos pacientes, y previenen la Gripe y la Hepatitis A
Aunque lo ideal sería que la Sanidad Pública pudiera financiar todas las vacunas disponibles, hasta que esto sea posible, las circunstancias de cada niño y de cada familia serán las que determinen las vacunas no financiadas que el niño reciba.
Vacunas y efectos secundarios, ¿verdad o mito?
Se estima que las vacunas salvan cada año unos tres millones de vidas y se considera que en la medicina preventiva no hay una medida tan eficaz, efectiva y segura como las vacunaciones. Es decir, aunque cualquier vacuna como cualquier medicamento puede a veces dar lugar a alguna reacción adversa, éstas son leves; si son generales, suelen ser de escasa relevancia.
En este sentido, los expertos en Pediatría afirman con toda seguridad que lo que se previene con las vacunas es mucho mayor que los posibles efectos secundarios. O lo que es lo mismo, los beneficios de las vacunas son infinitamente superiores a los riesgos. Sólo se debe pensar en los millones de niños que se vacunan en el mundo cada día sin incidencias relevantes.