Tubo Gástrico, la reducción de estómago sin cicatrices
La operación de Tubo Gástrico o gastrectomía vertical (“Sleeve” en inglés), es la cirugía de obesidad que más ha crecido a nivel mundial en los últimos 5 años
Es una intervención en la que se practica una reducción del estómago para que el paciente se sienta saciado después de comer cantidades pequeñas o moderadas de comida, lo que permite perder peso.
La bajada de peso es debida a dos mecanismos principalmente, por un lado, debido a un mecanismo restrictivo al reducir el estómago de volumen y por otro lado, los pacientes comen menos porque tienen menos apetito debido a un mecanismo hormonal.
La operación de Tubo Gástrico se realiza por Laparoscopia. En función de las características de cada paciente podemos realizar la cirugía a través de Laparoscopia convencional con 5 mini-incisiones o Laparoscopia por Incisión Única Asistida, con una sola incisión umbilical dejando una cicatriz casi inapreciable. Se confecciona un pequeño estómago de 100-150 c.c. (estómago normal > 1.000c.c.), que respeta todas las partes importantes del mismo. La intervención dura unos 60 minutos y no se realiza ninguna unión o bypass entre los intestinos, lo cual disminuye las complicaciones relacionadas con la técnica quirúrgica.
¿En qué casos de obesidad está indicada esta técnica?
No hay indicaciones absolutas y cada paciente obeso debe ser estudiado por un profesional cualificado que establecerá cual es el mejor tratamiento quirúrgico para combatir su Obesidad.
Los pacientes candidatos a la cirugía del Tubo Gástrico son:
- Pacientes mayores de 50 años y aquellos que tienen un IMC (Índice de Masa Corporal) mayor de 50 Kg/m2
- Pacientes entre 20 y 50 años, con IMC entre 35 y 50 Kg/m2, que presenten cirugías abdominales previas, aquellas mujeres en edad fértil que quieran quedarse embarazadas, los grandes fumadores y los pacientes con alto riesgo quirúrgico por sus enfermedades asociadas a la obesidad (Diabetes, Hipertensión, aumento de Colesterol, enfermedades de corazón o respiratorias).
¿Qué ventajas ofrece esta técnica?
Se puede comer de todo en pequeñas cantidades y varias veces al día (5-6), conservando el funcionamiento digestivo y respetando el sistema de llenado-vaciado natural.
Los pacientes no padecen pérdidas de vitaminas, como ocurre en otras intervenciones quirúrgicas más agresivas, ni tampoco presentan deposiciones diarreicas. Al no modificar en la cirugía el intestino delgado, se absorbe todo lo que se come.
La pérdida de peso depende de cada paciente, pero suele estar entre un 60-70 % del exceso de peso, gran parte del cual se pierde durante los 6-9 primeros meses.
¿Cómo debo prepararme para la cirugía?
Si se llega al día de la cirugía en las mejores condiciones físicas, esto hará que minimicemos la posibilidad de complicaciones médicas y quirúrgicas. Lo ideal sería bajar al menos unos 5 kilos los meses previos a la cirugía, con ayuda de la dieta y el ejercicio. Pero éste último esfuerzo previo a la cirugía es el que garantizará el éxito y además esos kilos bajados no los recuperará.
Postoperatorio
¿Cómo son los primeros días tras una gastrectomía vertical?, ¿Cuánto tiempo necesito para recuperarme?, ¿Cuántos días estaré sin poder ir a trabajar?
Tras la intervención, es habitual que un paciente operado de obesidad con la técnica de gastrectomía vertical pueda tener molestias, pero generalmente se tratan de escasas molestias y la recuperación suele ser rápida. El mismo día de la cirugía al llegar a la habitación puede levantarse de la cama, sentarse en el sillón e incluso dar pequeños paseos. Lo habitual es que después de dos días desde la intervención, el paciente pueda regresar a su domicilio.
Respecto a hacer “vida normal” como tal no se puede decir que sea así, es decir, obviamente los primeros días el paciente debe alimentarse de un modo diferente, por ejemplo, las primeras 24 horas después de la cirugía solamente podrá tomar líquidos y así será al menos durante la primera semana, en la que la alimentación se basará en una dieta líquida y batidos complementarios, posteriormente hasta el primer mes la dieta será triturada. Seguidamente se irán incorporando poco a poco alimentos blandos progresivamente hacia sólidos.
Obviamente, también es necesario tener en cuenta algunos cuidados adicionales tras la operación como por ejemplo vigilar y cuidar la herida quirúrgica según las indicaciones médicas o evitar esfuerzos físicos. Con respecto a la baja profesional, depende de cómo evolucione cada caso, pero habitualmente a las 2 ó 3 semanas después de la intervención la mayoría de pacientes vuelven a trabajar.
Seguimiento
El seguimiento del paciente intervenido es tan importante como la preparación previa a la cirugía. El seguimiento debe ser realizado de forma estricta por el médico endocrinólogo, el psicólogo y el cirujano. Los primeros meses debe tener un control estricto de las visitas médicas, para aconsejarle como debe alimentarse de forma correcta y para detectar si hubiera problemas médicos o quirúrgicos.