Trastornos del Sueño en los niños con Trastornos del Espectro Autista
“El mundo necesita soñadores y el mundo necesita de hacedores, pero sobretodo el mundo necesita soñadores que hacen.“
Sara Ban Breathnach
Los Trastornos del Sueño en los niños con Trastornos del Espectro Autista (TEA) tienen una mayor prevalencia que en la población neurotípica, con una prevalencia aproximada del 70% frente a un 20%, respectivamente. Este trastorno es causante de ansiedad y fatiga familiar, especialmente materna.
En 2016, se documentó una variante genética, CHD8, asociada a la susceptibilidad de tener una condición autística, Esquizofrenia, Trastornos Gastrointestinales e Insomnio.
Existen otros polimorfismos genéticos (SNPs) ligados a la síntesis de melatonina, como el ASMT (Acetil Serotonina Metil Transferasa) y el citocromo P450 (CYP1A2), asociados a retraso del sueño en niños con TEA.
Cuando revisamos la descripción de los Trastornos del Sueño, hay diferentes tipos de subclasificación, como Parasomnias, Sonambulismo, Piernas Inquietas, terrores nocturnos, Apneas Del Sueño, alteración del ciclo circadiano, Insomnio de Conciliación e Insomnio de Mantenimiento. Me enfocaré principalmente en estos dos últimos, que son los más frecuentes en los niños con TEA.
Al evaluar desde la bioquímica y el rol de los neurotransmisores, es importante la síntesis de la melatonina, conocida como la hormona del sueño. La melatonina es sintetizada a partir de la serotonina y esta, a su vez, a partir del triptófano, un aminoácido esencial cuya mayor parte (90%) proviene de las bacterias del intestino. Esta hormona es sintetizada por la glándula pineal y es dependiente de la luz solar para su síntesis, la cual es fundamentalmente nocturna, teniendo un pico aproximado a la medianoche. Su síntesis puede ser afectada por factores como la exposición a la luz blanca, por lo que es importante evitar que nuestros niños duerman con la luz prendida o lámparas de luz blanca. Además de su principal rol como modulador del sueño, la melatonina tiene también una función antioxidante y reguladora del sistema inmune.
Es importante retomar la importancia de la corrección de la disbiosis y la presencia de buenas bacterias para la absorción y generación del triptófano. Esta vía metabólica incluye varios pasos enzimáticos dependientes de cofactores como la vitamina B6, B12, BH4 (tetrahidrobiopterina) y niacina, que es importante soportar con alimentos y nutracéuticos.
Por otro lado, la disbiosis, en particular la presencia de especies de Streptococcus, tiene la capacidad de activar células T no específicas, aumentar el Estrés Oxidativo y aumentar interleucinas proinflamatorias, como TNF alfa y NFKB, causantes de aumento de glutamato y disminución del glutatión, un potente antioxidante del organismo.
Es importante también conocer el papel del eje Hipófisis-Pituitaria-Adrenal, que forma parte esencial del eje neuroendocrino y media, entre muchas otras cosas, la respuesta al Estrés. En condiciones normales, el cortisol tiene unos picos de liberación regulados con el ciclo circadiano. Tiene un pico máximo en las primeras horas de la mañana, con el fin de generar energía, y otro pequeño pico en horas de la tarde.
Cuando estamos frente a un estresor de cualquier tipo de forma crónica (oxidativo, emocional, psíquico, ambiental, mala alimentación, infección), los niveles de cortisol aumentan progresivamente y se altera su liberación circadiana, lo que genera la dificultad para dormir o, en muchos casos, se desplaza su pico, generando el Insomnio de Mantenimiento de 1 a 3 de la mañana.
Es importante conocer esto, no solo porque desde lo biológico hay que corregirlo, sino también porque es esencial evaluar las posibles causas que están en nuestras manos de manipular, como el Estrés generado por los cambios alimentarios, rutinas, terapias, suplementos y cambios educativos que muchas veces nuestros niños no son capaces de expresar. Nos corresponde a nosotros hacerlo de manera lúdica, agradable y llevadera, pues al perpetuar cualquier factor estresante, estaríamos poniendo en desventaja al sistema inmune, lo que generaría más cuadros infecciosos, recurrencia o no corrección de la disbiosis.
Otro de los neurotransmisores implicados en el Insomnio es el glutamato. El glutamato es el neurotransmisor excitatorio más importante del sistema nervioso central; tiene un papel crucial en el aprendizaje y la memoria. Es considerado como el principal mediador de la información motora, sensorial, cognitiva y emocional. El problema es que el exceso de glutamato genera un estado tóxico para las neuronas, es decir, necesitamos una pequeña cantidad para aprender y aprovecharlo al máximo, pero un exceso puede generar convulsiones, neurodegeneración, ansiedad e Insomnio. El precursor del glutamato es la glutamina, un aminoácido esencial con un rol importantísimo en la reparación de la mucosa intestinal, pero presente en exceso como aditivo o acentuador del sabor en muchos de los alimentos industrializados, más conocido como el glutamato monosódico.
Del otro lado de la balanza está el GABA, el mayor neurotransmisor inhibitorio, que contribuye al control motor, la ansiedad y el comportamiento. Su principal función es reducir la actividad neuronal; niveles bajos de GABA se asocian con Ansiedad, Insomnio, Depresión y Esquizofrenia.
Por eso es fundamental la corrección de la disbiosis intestinal, el control de los factores estresantes como describí anteriormente, y el retiro de alimentos con altos niveles de excitotoxinas, como los aditivos (glutamato, tartrazina, nitritos, colorante rojo). La presencia de bacterias benéficas en el organismo sería el primer paso para la regulación de los neurotransmisores implicados en el sueño, el comportamiento, la atención y el ánimo.
De la mano, es importante instaurar rutinas de sueño y, en ocasiones, contar con apoyos visuales que ayuden a mantener esta rutina.
Tener mecanismos como la tarjeta de pase, donde el niño tiene la posibilidad de llamar a su madre o cuidador solo una vez en la noche para solicitar algo, y si la usa no puede llamar de nuevo. Es importante también reforzar la importancia de la actividad física, especialmente en horas tempranas del día, tener exposición a la luz solar, apoyo con masajes en horas de la noche y la lectura de un cuento.
También es importante tener en cuenta los horarios de comida, las horas de sueño y siestas esperadas para la edad, y la elección de alimentos en la noche. Sería ideal una sopa con carbohidrato complejo, como ahuyama, arracacha, batata, yuca o plátano, con un poco de proteína blanca o vegetal, tipo quinua, grasa vegetal y verduras, con el fin de no generar alteraciones en el pico de cortisol, evitar hiper o hipoglucemias y dar soporte hepático suficiente para los mecanismos de desintoxicación.
En mi experiencia, fue de gran utilidad el libro "Dormir sin lágrimas" de la Dra. Rosa Jové, donde se explican detalladamente los ciclos del sueño en la infancia, los periodos de cambio de sueño REM y no REM, que son más cortos que en los adultos (cada 60 minutos).
Es importante que nuestros hijos se sientan seguros para enfrentar las etapas de angustia, ya sea por separación, retirada del pañal o nacimiento de un hermano, lo que puede generar celos. El método Ferber (1985) se describe mediante unas técnicas de tiempo de espera según la edad, para generar autonomía en el sueño.
También es importante tener en cuenta las alteraciones que puedan generar los campos electromagnéticos a nivel del sistema nervioso central. Existe evidencia del efecto causado por este tipo de energía y el impacto según la fuente y cercanía con la cabecera de la cama. Se sugiere que los enchufes de cualquier tipo estén desconectados dentro del cuarto, y garantizar que la vivienda esté lo más alejada posible de grandes fuentes de magnetismo, como antenas de cable.
Terapéutica Natural
Los apoyos medicinales están encaminados a apoyar las vías bioquímicas de la manera más natural. En la lista podemos incluir desde homeopáticos, nutracéuticos, adaptógenos y aceites esenciales hasta cannabis medicinal.
Entre los precursores de GABA están la manzanilla, la Coffea arabica, la avena sativa, la pasiflora, la teanina y el orotato de litio. De hecho, podría suplirse con GABA, con la evidencia de que su respuesta depende de la permeabilidad de la barrera hematoencefálica, es decir, la respuesta de GABA, que puede ser sedante o paradójica (excitatoria), depende solamente de la permeabilidad.
Podría iniciarse la suplencia con melatonina a dosis de 1-3 mg por noche, idealmente una hora antes de dormir, para trastornos de Insomnio de conciliación.
El 5-hidroxitriptófano a dosis de 50-100 mg por día, dependiente de la edad y talla del niño, es otro medicamento a tener en cuenta. No se recomienda dar triptófano como tal, por el riesgo de desviar la vía bioquímica al quinurenato, que es neurotóxico.
Podría darse soporte con BH4, importante en la conversión de triptófano a serotonina, presente en la jalea real, o iniciar fosfatidilserina, que disminuye niveles de cortisol.
Los precursores de acetilcolina, el neurotransmisor que rige el sistema parasimpático, podrían igualmente ser de ayuda en los niños. Este, al no tener acción sedante, podría suministrarse durante el día si predomina la ansiedad y la simpaticotonía.
El campo de los aceites esenciales también ofrece una posibilidad de botánicos con propiedades relajantes, como la Lippia alba, la lavanda y el incienso. El modo de aplicación debe ser gradual, con el fin de no generar Estrés Hepático, iniciando en los niños con 2-4 horas con la mitad de dosis (7 gotas en el difusor) y evaluando la tolerancia hasta llegar a una dosis de 15 gotas, 3 gotas por cada 100 cc de agua, máximo en 8 horas.
Si con todo lo anterior descrito no se logra mejorar los problemas de Insomnio, en mi criterio, antes de pensar en un medicamento farmacológico comúnmente prescrito por los especialistas, como risperidona o clonidina (este último un antihipertensivo de muy alta potencia con varios efectos adversos), consideraría iniciar cannabis medicinal con fórmulas a favor de CBD (cannabidiol). Este compuesto tiene amplios estudios en neuroprotección, disminución de la excitabilidad neuronal y, actualmente, en autismo, se vienen desarrollando importantes estudios para la disminución de la ansiedad, agresividad y mejoría del comportamiento social.