Toxina Botulínica, una excelente opción para disipar las arrugas
¿Cuáles son las principales causas de las arrugas?
La Toxina Botulínica tiene una aplicación específica en arrugas dinámicas del rostro, este tipo de arrugas son las que se evidencian por efecto del envejecimiento natural y predominan en la edad adulta, producto del movimiento continuo de los músculos de la expresión facial. A esto también se asocian los daños externos que produce el sol sobre la piel y el tabaquismo como hábito.
¿Cómo se aplica la Toxina Botulínica?
La aplicación en principio, y para buenos resultados, debe ser realizada por Especialistas, ya que el conocimiento de la anatomía muscular y su fisiología es lo que determina los puntos estratégicos de aplicación y la subsecuente corrección deseada.
El médico también debe garantizar que el producto utilizado sea el adecuado para cada paciente. El método varía dependiendo de la experiencia y el resultado natural que siempre debe buscar el Especialista tratante. Su aplicación consiste en pequeñas dosis inyectadas en las áreas del rostro en músculos para lograr su relajación.
¿Quiénes son los pacientes ideales para este procedimiento?
Existen clasificaciones precisas del envejecimiento y del tipo de arrugas en el humano, la Toxina Botulínica está indicada para personas con arrugas dinámicas, que no son más que aquellas que el tiempo y el ambiente han producido en la piel. Normalmente se indica para personas de edades entre los 30 y 60 años, en donde los efectos de mejoría son muy notables y se puede evitar una Cirugía Facial.
Actualmente hay métodos y técnicas para personas más jóvenes, se aplica para destacar algunos rasgos o para prevenir arrugas por hiperexpresión.
Dependiendo de la técnica y experiencia del profesional, la duración del efecto se encuentra estandarizada entre 4 a 6 meses y de acuerdo con características como el grosor de la piel y la expresividad del paciente, puede ser menos tiempo o incluso mucho más del ofrecido.
Información adicional
No existen estudios concluyentes que demuestren que las aplicaciones sucesivas dentro de la prudencia de tiempo establecida generen alteraciones o daños en el músculo o en la piel, pero sí hay evidencia de alteraciones por mal uso o aplicaciones muy frecuentes, esto se sale del campo de la ética.
Como todo procedimiento médico medianamente invasivo tiene complicaciones propias, en su mayoría relativas a la aplicación. Las más frecuentes son, en orden de gravedad, las siguientes: hematomas, sangrados, dolor, asimetría del rostro y caída del párpado superior (Ptosis Palpebral).
Con las inyecciones de Toxina Botulínica, los tratamientos realizados han tenido hasta la fecha buenos o muy buenos resultados y apenas efectos secundarios, estos se resuelven por lo general sin secuelas de ningún tipo.
La correcta aplicación de la Toxina Botulínica genera grandes satisfacciones a los pacientes, pero es fundamental que el Especialista conozca la profundidad, qué expectativas tiene cada persona, y así explicarle cuál es su real beneficio, y siempre buscar el equilibrio y la armonía facial.