Todo lo que no sabías sobre las Infecciones Vaginales
Una buena higiene genital es la mejor manera de prevenir las Infecciones Vaginales, sin embargo, existen otros causantes como estados hormonales, el sexo oral, entre otros. ¡Descubre cómo tratarlo!
La vulva y la vagina hacen parte del tracto genital femenino, normalmente se encuentran colonizadas por bacterias y hongos que viven en estado comensal, cuando la sana interacción entre ambas se rompe aparecen las Infecciones Vaginales, pueden expresarse en forma de secreción abundante, mal olor y/o prurito vulvar.
Existen muchos tipos de enfermedades que son o simulan Infecciones Vaginales, por lo que la automedicación puede no ser útil y enmascarar el cuadro clínico, también puede ocurrir que a veces los médicos sólo identifican un par de causas, por lo que se puede presentar fallas terapéuticas y constantes recidivas, es importante tener presente que no todo se cura con metronidazol y clotrimazol.
Las principales causas de flujo vaginal tienen que ver con todo aquello que rompa el microambiente vaginal, es decir, el uso de jabones en área vulvar, rasurado excesivo, uso de protectores o toallitas perfumadas, uso de tangas tipo hilo, sexo oral, estados hormonales femeninos que produzcan cambios en el pH, también hay una pequeña porción que puede ser transmitida por contacto sexual y existen Enfermedades Inflamatorias o Autoinmunes de la vagina que puede generar los síntomas.
Riesgos y Prevención
Las Infecciones Vaginales dañan la calidad de vida de las pacientes, algunas complicaciones por no tratar a tiempo tienen que ver con la persistencia de la infección, alteración en la esfera sexual y laboral.
Para poder prevenir las Infecciones Vaginales es importante llevar buenos hábitos alimenticios, así como una higiene genital correcta, sin embargo, hay mujeres con mayor riesgo de adquirir Infecciones Vaginales por características propias de su raza o por condiciones de salud como la Diabetes o la Inmunosupresión, en estos casos el cuidado debe ser mayor.
Tratamientos
Los tratamientos se van administrando de acuerdo con la etiología de la infección, sin embargo, todo tratamiento indicado por el especialista debe ir acompañado de excelentes hábitos higiénicos.