Steve Jobs, la manzana y la lucha contra un Tumor Neuroendocrino del Páncreas
Los tumores neuroendocrinos del páncreas representan el 1-3% de todos los tumores del páncreas y se diferencian fundamentalmente del cáncer de páncreas en su supervivencia. Mientras que la supervivencia media del cáncer de páncreas es de 6 a 12 meses
Steve Jobs, cerebro de Apple, falleció después de siete años de lucha por un tumor metastásico neuroendocrino del páncreas, variante menos corriente y mortal que el Cáncer de Páncreas. Tras realizar una serie de ‘terapias alternativas’, se sometió a Cirugía Pancreática para extirpar las células malignas del Páncreas y, más tarde (tras el relativo éxito de la intervención quirúrgica), a un trasplante hepático por metástasis en dicho órgano. El trasplante supuso la propagación de células malignas en otros órganos en los que no se había detectado tumor, y el magnate de la tecnología acabó falleciendo.
Los Tumores Neuroendocrinos del páncreas representan el 1-3% de todos los tumores del páncreas y se diferencian fundamentalmente del Cáncer de Páncreas en su supervivencia. Mientras que la supervivencia media del Cáncer de Páncreas es de 6 a 12 meses, en los tumores neuroendocrinos puede llegar a varios años, como en el caso de Steve Jobs. Los Tumores Neuroendocrinos son más fáciles de detectar que el Cáncer y, por ello, se pueden diagnosticar a tiempo. En esta clase de tumores, la supervivencia media de unos cinco años supera el 30% de los casos. Su incidencia es de 5-10 casos por millón de habitantes y año. Suelen aparecer en la franja de edad de entre los 40 y 60 años, sin preferencia sexual.
La mayoría de los Tumores Neuroendocrinos del Páncreas son no funcionantes, asintomáticos, silentes e incidentalomas (tumor que se detecta de forma casual por ausencia de síntomas). Sin embargo, alrededor de un 30% son funcionantes y presentan síntomas derivados de hipersecreción hormonal (insulina, glucagón, gastrina, serotonina, etc.).
La aparición de metástasis en los tumores
Lo benigno o maligno que resulte el proceso está en función de la aparición de metástasis, que supone la propagación de células tumorales en cualquier lugar del organismo fuera del tumor primitivo. En los casos de enfermedad avanzada metastásica se pueden efectuar tratamientos con análogos de la Somatostatina, y dos fármacos de reciente aparición: Sunitinib y Everolimus.
Si únicamente existen metástasis hepáticas o de hígado se puede realizar un trasplante hepático. El pronóstico y la supervivencia dependen fundamentalmente de la posibilidad de realizar cirugía con intención curativa (extirpación del tumor) y de la ausencia de enfermedad metastásica.