Síntomas y tratamiento de la Periodontitis
La Periodontitis es una de las infecciones más frecuentes en el ser humano, sobre todo a partir de los 35 años. Es una infección causada por bacterias que destruyen el soporte del diente, encía y hueso
¿Qué síntomas se presentan en la Periodontitis?
El primer síntoma que identifica la población en general es el sangrado de encías o la Gingivitis, al cepillarse o de forma espontánea. Otros síntomas son la movilidad de los dientes, el movimiento de la encía hacia arriba o hacia abajo dejando dientes más largos, también la migración de los dientes y apertura de espacios entre los dientes -lo que llamamos espacios negros o troneras- luego puede haber incluso supuración, mal gusto, halitosis o flemones.
¿Cómo se trata la Periodontitis?
El tratamiento de la Periodontitis tiene tres partes. Una parte anti-infecciosa o sistémica dónde hacemos higienes y damos al paciente instrucciones de medicina oral. En esta parte hacemos higienes profundas y raspajes para reducir la infección.
La segunda parte consiste en acabar de eliminar bolsas o regenerar encía y hueso, si es posible con pequeñas intervenciones quirúrgicas mínimamente invasivas. La tercera parte es el mantenimiento, absolutamente necesario.
¿La Periodontitis es contagiosa?
No tenemos una respuesta definitiva a esta pregunta. Algunos estudios demuestran que, tras 10 años de convivencia de parejas estables, algunas o muchas de estas bacterias se transmiten. La verdad es que todos tenemos las bacterias que causan la Periodontitis a niveles bajos y es el sobrecrecimiento, cuando permitimos que la placa bacteriana se acumule, junto con la susceptibilidad genética, lo que genera la infección.
¿Cómo puedo mantener mis encías sanas después del tratamiento?
Hoy tenemos estudios a 30 años de tratamientos de Periodontitis dónde el mantenimiento de dientes es elevadísimo, por encima del 99%. El tratamiento de la Periodontitis no funciona sin mantenimiento, los pacientes que han demostrado ser susceptibles deben comprometerse a seguir un mantenimiento que consiste en higienes cada cuatro o seis meses para el resto de sus vidas.