Rehabilitación del Ligamento Cruzado Anterior

Rehabilitación del Ligamento Cruzado Anterior

Editado por: el 03/04/2023
 Un aspecto importante en la rehabilitación del LCA es lograr precozmente la extensión de rodilla, esto permite desde un comienzo apoyo, marcha progresiva y un mejor control muscular. Adquirir el control muscular en las primeras semanas de cirugía es pieza clave para la progresión de las actividades funcionales como la marcha, de gran significado clínico para el paciente

 

 

Los adelantos en las técnicas quirúrgicas han beneficiado la recuperación de la cirugía de Ligamento Cruzado Anterior (LCA)

 

Así como las técnicas quirúrgicas en la reconstrucción del Ligamento Cruzado Anterior (LCA) han cambiado en las últimas décadas, los adelantos en los estudios de la biomecánica de la rodilla y fisiología de los injertos utilizados para su reconstrucción han mejorado. Estos avances permiten que las propuestas terapéuticas en la rehabilitación después de una reconstrucción de LCA hayan dejado de ser tan pasivos, tardíos y conservadores con enormes complicaciones (rigidez articular, falta de extensión, incapacidad funcional prolongada) para ser más objetivos, ágiles y dinámicos.

 

Consideraciones en el programa de rehabilitación del LCA

 

Una de las consideraciones claves en la rehabilitación de la reconstrucción del LCA es proponer al paciente una rehabilitación preoperatoria por lo menos de 4 semanas, con el fin de involucrarlo en el mejoramiento físico, desarrollo muscular y educación postoperatoria.

 

Otra estrategia de gran valor es la constancia que el paciente debe tener con las sesiones de Fisioterapia, pues abandonarlas traería consecuencias muy lamentables en la rodilla. El Fisioterapeuta esta en la obligación de notificar al Cirujano la evolución del paciente y las dificultades que se puedan presentar en el transcurso de su rehabilitación.

 

 

Aspectos a tener en cuenta en la rehabilitación del LCA

 

Después de la cirugía reconstructora del LCA es importante el control de las variables que pueden modificar por completo la historia del programa. El dolor, la inflamación, el rango de movimiento, la estabilidad articular, la fuerza muscular, la marcha y la actitud mental, deben monitorizarse permanentemente desde un principio. Solo la visión global del paciente, la experiencia y conocimientos del fisioterapeuta permitirán una rehabilitación exitosa y sin tropiezos.

 

Es frecuente que durante las primeras semanas cuando se trata de controlar la inflamación y el Derrame articular el paciente refiera dolor leve, inespecífico, y que en algunas ocasiones su rodilla manifieste sensación de pesadez, rigidez y dificultad para ejecutar algunos ejercicios.

 

El Derrame Articular es una de las situaciones que más preocupan, molestan e incapacitan al paciente, porque sus efectos mecánicos y neurogénicos tienen consecuencias clínicas significativas a corto y a largo plazo para el programa de rehabilitación y para la articulación, respectivamente, por lo tanto, debe ser tratado en forma temprana.

 

Un aspecto importante en la rehabilitación del LCA es lograr precozmente la extensión de rodilla, esto permite desde un comienzo apoyo, marcha progresiva y un mejor control muscular. Adquirir el control muscular en las primeras semanas de cirugía es pieza clave para la progresión de las actividades funcionales como la marcha, de gran significado clínico para el paciente.

 

La recuperación de la marcha es uno de los principales objetivos para el paciente en el postoperatorio inmediato. Para permitir al paciente la marcha sin ayuda (muletas, bastones) se debe considerar:

 

  • La capacidad de control muscular del cuadriceps que se valora de una manera subjetiva con la elevación de la pierna en forma recta con el tronco a 90 grados
  • El rango de movimiento en extensión completa
  • La ausencia de dolor al hacerlo

 

Es importante tomar la decisión de retirar el apoyo primero en espacios cerrados (casa, oficina, centro de rehabilitación), de superficies regulares. Más adelante en espacios abiertos y de superficies irregulares (el parque, el terreno de juego, etc.) para evitar sorpresas desagradables debido al pobre control muscular.

 

La rehabilitación, un punto clave para recuperar la movilidad

 

 

Una vez se cumplen los objetivos clínicos de la primera fase de control muscular, marcha y manejo del dolor y demás signos inflamatorios y mecánicos de integración del injerto, se pasa a la fase de recuperación total de las actividades funcionales, la propiocepción a través de superficies inestables y el fortalecimiento progresivo de la musculatura del anillo pélvico (core) como piezas fundamentales en la rehabilitación.

 

Es interesante en una fase más avanzada iniciar los estímulos que generen la hipertrofia muscular basados en una periodización racional para cada grupo muscular y en la fuerza tensil que el injerto permita en este momento, es primordial que el paciente entienda que la masa muscular pérdida en su cirugía de LCA puede ser nuevamente recuperada con un trabajo inteligente, constante y progresivo, es una mentira que no se vuelve a recuperar.

 

Es por lo tanto la combinación de diferentes ejercicios, en el momento oportuno y a la intensidad adecuada como mejor se consigue la respuesta muscular deseada y no el sometimiento desmedido a una carga difícil de asimilar.

 

La constancia de un paciente ayuda a su optima rehabilitación

 

Las actividades deportivas como el trote en pendiente con sobrecarga, la carrera hacia atrás, la técnica de carrera, los ejercicios pliométricos de bajo y mediano impacto en tierra y en el agua, con el objetivo de mejorar a la vez la resistencia aeróbica y el re-entrenamiento de los engramas motores, son importantes en etapas más avanzadas.

 

Las pruebas funcionales nos permiten evaluar el progreso evolutivo de la rehabilitación de la rodilla, nos da una idea clara de la fuerza la potencia y estabilidad de esta articulación.

 

Los deportistas deben saber que el criterio más importante para evaluar el regreso al deporte es la condición de la rodilla, no el tiempo. Es decir, el rango de movimiento, el derrame articular o inflamación, el acondicionamiento muscular y la “confianza” en la rodilla. Cabe destacar que el éxito en la rehabilitación de la reconstrucción del ligamento cruzado anterior tiene que ver con un buen Cirujano, un paciente constante en sus terapias y un Fisioterapeuta bien entrenado.

 

Traumatología y Ortopedia en Bucaramanga