¿Qué hacer si tengo un Linfedema?
El Linfedema es la acumulación de líquido rico en proteínas (linfa) en los tejidos blandos debido a la alteración (sobrecarga) del sistema linfático. Esta sobrecarga se produce porque el volumen de linfa acumulada excede la capacidad de drenaje de la misma.
Podemos diferenciar dos tipos de Linfedema en función de las causas que lo provoquen:
1. Linfedema primario: se debe a alteraciones congénitas del sistema linfático.
2. Linfedema secundario: más común que el primario, se produce por la interrupción o compresión de los vasos linfáticos debido a tumores, infecciones o a tratamientos como la cirugía o la Radioterapia.
El Linfedema secundario es una de las secuelas más temidas derivadas del tratamiento del Cáncer de Mama. Puede desarrollarse como consecuencia de la extirpación de los Ganglios Linfáticos (linfadenectomía), además de por la fibrosis inducida por la Radioterapia en la axila. Se estima que una de cada cuatro mujeres desarrollará esta complicación y aunque el tiempo de aparición varía entre semanas y años, lo más frecuente es que el 75% de los casos aparezcan durante el primer año tras la cirugía.
En cuanto a su prevención, no hay estudios que afirmen que pueda evitarse. No obstante, pueden seguirse una serie de hábitos higiénico-sanitarios y de ejercicios que, realizados inmediatamente tras la cirugía, pueden ayudar a evitar el Linfedema:
1. Ejercicios de prevención, como ejercicios respiratorios y de movilidad del miembro afectado (realizados con suavidad y de forma repetitiva)
2. Medidas higiénicos dietéticas evitando cualquier tipo de infección, por ejemplo, extremar la higiene de la piel con jabones neutros, secas la piel (prestando atención en los pliegues), aplicar crema tras el lavado, evitar ropa apretada entre el brazo y el hombro afecto, etc. Además. Es importante evitar el calor excesivo.
Una vez aparece el linfedema, el tratamiento de fisioterapia es fundamental. Gracias a diversas técnicas se ayuda a remitir y controlar la afección. Instituto fisiomedico, mediante los últimos avances tecnológicos en fisiomedicina, pone remedio a esta patología, llegando a rebajar en un 80% la inflación de los mismos.
Cuando el linfedema mejore, nuestros fisioterapeutas le ayudarán a comenzar a hacerse cargo de su propio cuidado a través de:
1. Ejercicios que mejorará la condición física sin forzar su brazo o pierna afectada
2. La renovación de sus prendas de compresión para asegurar un ajuste adecuado
3. Educación sobre hábitos a evitar y acerca del cuidado de la piel para reducir el riesgo de infección, así como informar sobre las medidas de prevención a seguir