¿Qué es la Sarcopenia?
La Sarcopenia es un síndrome caracterizado por una pérdida gradual de la masa muscular esquelética y la fuerza, con riesgo de presentar resultados adversos, como discapacidad física, calidad de vida deficiente y aumento de la mortalidad. Su prevalencia está entre el 5 y el 10% en mayores de 65 años y es superior al 25 % en mayores de 80 años
Causas
Normalmente tiene una causa multimodal, es decir, que interaccionan varias causas a la vez. El reposo en cama prolongado, el sedentarismo, la síntesis insuficiente de proteínas (por alimentación deficiente, mal absorción, trastornos digestivos), enfermedades orgánicas crónicas (Insuficiencia Cardiaca, Insuficiencia Respiratoria, Enfermedades Hepáticas, neurológicas, etc), Neoplasias, enfermedades inflamatorias o el uso de fármacos que favorecen la Anorexia, se encuentran entre los factores que predisponen a sufrir Sarcopenia.
Prevención
La Sarcopenia se puede prevenir en parte. Una vida saludable, alimentación equilibrada y ejercicio con resistencia (levantar pesas, caminar deprisa, ir en bicicleta, etc) varias veces por semana ayudan a mantener, e incluso a crear masa muscular.
En el apartado de la alimentación una ingesta adecuada de proteínas (1-1’3 gr/Kg/ día), vitamina D y otros antioxidantes como el selenio, vitamina E y los ácidos grasos poli insaturados (pescado azul) es esencial para tener una masa muscular de calidad capaz de responder a las necesidades funcionales del paciente.
Es conveniente evitar el tabaco y el consumo excesivo de alcohol. Asimismo evitaremos en lo posible el reposo absoluto (antiguo paradigma de la medicina popular) y las dietas muy restrictivas.
Tratamiento
Una vez instaurada la Sarcopenia no existe un tratamiento “Standard” que nos asegure la recuperación. El tratamiento deberá ser individualizado. Por eso, una vez se tenga el diagnóstico, es recomendable acudir a un experto en envejecimiento que estudie el caso y proponga soluciones.
El primer paso será tratar adecuadamente la enfermedad o enfermedades de base del paciente y buscar cómo ha perdido fuerza y/o masa muscular. Otro aspecto importante es el estudio del nivel funcional (fuerza, movilidad, capacidad física, respuesta al esfuerzo, marcha, equilibrio), junto con la valoración cognitiva y nutricional (masa muscular, grasa corporal).
A partir de este estudio podemos elaborar un plan terapéutico que comprenda todas las áreas estudiadas, la corrección del déficit y que nos permita la evaluación del mismo de forma periódica.