Prótesis Total de Rodilla
Mediante una Prótesis Total de Rodilla se reemplaza la articulación deteriorada por una articulación artificial. Gracias a esta cirugía, el paciente puede recuperar en poco tiempo la movilidad, mejorando así su calidad de vida
Una Prótesis Total es un implante artificial que se utiliza para sustituir las superficies articulares de la rodilla cuando éstas han sufrido un deterioro que produce dolor, limitan la movilidad y que no se puede solucionar mediante tratamiento médico.
Generalmente se produce por un proceso degenerativo relacionado con la edad, aunque también puede deberse a Traumatismos, procesos reumáticos y determinadas enfermedades como la Necrosis Vascular. Las Prótesis de Rodilla están compuestas por unos componentes metálicos para las superficies articulares del fémur y la tibia y unos componentes plásticos para la rótula y para favorecer el movimiento entere el fémur y la tibia. Existen diferentes tipos de Prótesis: cementada o no, con preservación del ligamento cruzado posterior, constreñidas, etc.
Tratamiento mediante cirugía
La intervención quirúrgica pretende disminuir el dolor, aumentar la movilidad y con ello, mejorar la calidad de vida de la persona afecta. La cirugía se suele realizar con anestesia raquídea. En las primeras 24 horas se inician movimientos pasivos y se reinicia la deambulación asistida cuando las condiciones generales del paciente lo permiten, entre las 48 y las 72 horas. El ingreso hospitalario suele durar de 3 a 5 días.
Las principales complicaciones de la cirugía en la Prótesis Total de Rodilla, independientemente de las propias de cualquier intervención quirúrgica, son la infección articular, la inestabilidad y el aflojamiento aséptico.
Éxito y control
La Prótesis Total de Rodilla consigue más del 90% de éxitos. La mayoría de los pacientes no tienen dolor o soló alguna molestia relacionada con los cambios de temperatura o de presión. El 10% restante continúa con dolor o presenta nuevas molestias como rigidez o inflamación.
Las principales causas de revisión antes de los 2 años desde la implantación de la prótesis, son la infección, la inestabilidad y la mal posición de los componentes. Las principales causas de revisión tardía, es decir,después de los 2 años, son el desgaste del polietileno, el aflojamiento y la inestabilidad. La identificación correcta de los factores que pueden conducir al fallo de la Prótesis y que requieran la sustitución de la misma, son esenciales para el éxito de la intervención. Para ello contamos con la anamnesis, una buena exploración física y pruebas complementarias, tanto de imagen como de laboratorio.
En la mayoría de los casos, es posible identificar el problema que causa dolor y mal funcionamiento de la Prótesis. Cuando esto no es posible, es imprescindible una discusión meticulosa con el paciente para valorar el riesgo/beneficio de la cirugía.