Obesidad: generalidades y retos en el abordaje y tratamiento durante la Pandemia
Se entiende por Obesidad el aumento de la masa corporal a expensas del aumento de la masa grasa, en ocasiones por ingestas muy altas de alimentos y en otras por condiciones de salud que alteran el metabolismo y permiten que se almacene esta grasa.
Los factores de riesgo relacionados a nivel internacional con esta enfermedad son el aumento en la ingesta de alimentos altos en calorías y la disminución de la actividad física asociado a la oferta desmedida de productos alimentarios de fácil acceso por sus bajos costos y a las conductas sedentarias por el impulso de las nuevas tecnologías.
Actualmente, este fenómeno denominado como transición alimentaria, ha permitido que se cambien los patrones de comida que culturalmente se han desarrollado por alimentos altamente calóricos, azucarados y en exceso llamativos comercialmente que crean una necesidad de consumo mayor, en especial en los niños.
Clasificación de la Obesidad
Podemos clasificar la Obesidad en dos: en primaria, que es donde tenemos que el mecanismo de producción del paciente es la ingesta aumentada de alimentos y en especial aquellos con alto contenido de calorías; y secundaria, donde existen enfermedades de base que alteran el metabolismo y generan una acumulación exagerada de tejido graso que eleva de manera patológica la masa corporal. Sólo el 2 al 3% de los pacientes con Obesidad responden a una causa secundaria que les genera esta situación.
Importancia de una valoración clínica
Es de gran importancia conocer entonces, la causa de la Obesidad y complicaciones secundarias a las mismas que conlleva. Reconocer los cambios que se dan por motivo de esta acumulación anormal de grasa permite determinar las metas reales de un paciente y acomodar un protocolo de tratamiento ajustado a sus necesidades, que debe contener un cambio es su estilo de vida, un plan nutricional que se acomode a su estado de salud, una educación nutricional para que más allá de seguir una dieta aprenda a comer de manera correcta y un acompañamiento permanente que evalúe los resultados, corrija al momento justo y apoye anímicamente el paciente en su cambio de vida.
Por ello, es necesario una buena valoración clínica, una determinación precisa de los niveles de grasa acumulada, exámenes complementarios que afirmen o descarten causas secundarias y una valoración lo más objetiva posible de los hábitos diarios a fin de establecer un horizonte real y alcanzable.
Situaciones actuales que orillan a la Obesidad
El Estrés emocional o Estrés metabólico como enfermedades crónicas, degenerativas o catastróficas, nos guían a adoptar conductas poco sanas respecto a la alimentación.
La actual situación en torno a la Pandemia mundial por el SARS-CoV2 y la enfermedad COVID-19 representan el panorama de riesgo actual para los cambios bruscos en el estilo de vida, en donde predominan el sedentarismo, la Ansiedad y el consumo elevado de alimentos en extremo calóricos.
Cómo mantener un estilo de vida saludable
Las recomendaciones actuales para una buena alimentación durante el confinamiento tienen como objetivo reducir el incremento de peso y nutrir de manera adecuada. El consumo de agua pura de uno a dos litros diarios, representa la primera recomendación, excepto en pacientes con limitación para el consumo de líquidos por enfermedad renal o cardiaca que lo contraindique.
El consumo de azúcar refinado como el azúcar de mesa regular, los confites, bombones, bananas, caramelos y las harinas refinadas como los productos de panadería y en especial los que adicionan grandes cantidades de azúcar como los pasteles, tortas y demás bocadillos dulces se debe restringir y dar paso al consumo de otros carbohidratos menos procesados, como las harinas integrales, el arroz integral y en particular las frutas y las verduras que brindan azúcares de mejor calidad y menos contenido calórico.
El consumo de verduras frescas, frutas y salvados como el de trigo o avena en hojuelas también es necesario en esta temporada de aislamiento, ya que atribuye fibra para el correcto funcionamiento del sistema digestivo y evita el estreñimiento, que se produce por el aumento de peso y el sedentarismo.
Prefiera los productos frescos o congelados a los enlatados y los productos secos menos perecederos como el arroz, las lentejas, arvejas secas y frijol en su estado natural y no conservados.
Comer no sólo es una necesidad, es un placer que debemos disfrutar
Por último, recuerde respetar sus horas de alimentación y tomarse el tiempo de comer sin afanes. Comer no sólo es una necesidad, es un placer que debemos disfrutar. La figura del especialista en nutrición en nuestro país es nueva. Hemos descargado la responsabilidad nutricional a los dietistas y como médicos prescribimos sólo lo necesario.
Acudir a un Nutriólogo debe ser una experiencia diferente en donde aparte de la atención clínica acostumbrada (historia clínica, examen físico general) se busca encontrar las causas y consecuencias de la Obesidad y el Sobrepeso y encontrar las metas reales adonde podemos llegar sin alterar aún más el estado de salud del paciente.
A diferencia del Nutricionista, el papel del Médico Asesor en Nutrición es el de diagnosticar el Sobrepeso, identificar la causa del mismo, tratar de manera farmacológica o no farmacológica la causa base, planear un cambio en el estilo de vida, implementar un plan nutricional personalizado acorde a las necesidades del paciente y acompañarlo en el proceso.
La tarea no es bajar rápidamente de peso, es tratar la causa y disminuir masa grasa de forma segura y duradera.