Nuevos sistemas para reparar una lesión o deformidad ósea
La mayoría de las personas que han sufrido una lesión ósea recurren al proceso fisiológico de la reparación de los huesos; sólo entre el 8 y 10% de las Fracturas de los huesos, por diversos motivos, no llegan a repararse de una forma adecuada
Esto hace posible que después de una grave Fractura, si los fragmentos se recomponen y se estabilizan de forma adecuada, ya en las primeras semanas se inicie el complejo proceso de la cicatrización ósea y al cabo de unos meses, se observe la reparación de la Fractura.
Cuando los cirujanos ortopédicos y traumatólogos reparan las Fracturas o corrigen las deformidades no hacen otra cosa que beneficiarse de la capacidad regenerativa del tejido óseo.
Actualmente, se disponen de muchos sistemas dedicados exclusivamente a poder realizar la reparación ósea de la manera más efectiva posible para cada tipo de Fractura. Existe todo tipo de material específico para la reparación de cada hueso: placas anatómicas y moldeables que adaptan diferentes tipos de tornillos según el tipo y consistencia del hueso, clavos de diferentes formas que acoplan sistemas de bloqueo para poder dinamizar o estabilizar los montajes, fijadores externos con capacidad de realizar correcciones progresivas guiadas por programas informáticos, entre otros dispositivos diseñados con la más avanzada tecnología y materiales más ligeros y resistentes.
Los últimos avances: el clavo endomedular
Un paso más es la introducción de la tecnología electrónica en los implantes que se utilizan para la Reconstrucción Ósea. Hoy ya existen clavos endomedulares como los que se utilizan para la estabilización de las Fracturas de los huesos largos que disponen de un mecanismo electrónico conectado a una mini-antena que se conecta con un receptor colocado debajo de la piel, que al recibir un impulso de una fuente externa determinada, puede producir una elongación controlada del hueso previamente seccionado.
Este tipo de clavos se utilizan para realizar alargamientos de los huesos de una forma más anatómica, menos agresiva y con mayor confort para el paciente; en lugar de utilizar las técnicas tradicionales en las que se usan fijadores externos.
Con estas técnicas habitualmente no se precisa utilizar ningún tipo de injerto óseo para ayudar a la regeneración del foco elongado. Se va formando hueso de forma progresiva de la misma forma que se forma hueso cuando se ha producido una Fractura y está correctamente inmovilizada.
En todos los pacientes en los que se ha aplicado esta técnica se ha producido la consolidación del foco en un promedio de 1cm/mes y no se han presentado complicaciones.