Los adolescentes y la toxicomanía

Los adolescentes y la toxicomanía

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Escrito por: La redacción de Top Doctors Fuentes: Top Doctors CO
Editado por: TOP DOCTORS® el 25/03/2023

La adolescencia es la etapa con mayor riesgo para iniciar el consumo de sustancias. Sin embargo, este hecho ignorado hasta hace relativamente pocos años por la investigación científica, sigue siendo hoy un terreno poco explorado

 

 

En la adolescencia acontecen muchos cambios de una manera torrencial. El adolescente abandona el pensamiento concreto del niño y comienza a desarrollar el pensamiento abstracto y flexible del adulto. Experimenta enormes cambios en su anatomía y fisiología. Pero su mayor encrucijada es la ambivalencia que siente entre prolongar su infancia y obedecer al imperativo de dejar atrás las necesidades de dependencia infantiles. Esto es, en su dificultad para optar por una identidad adulta, propia e independiente. 

 

El adolescente lucha contra sus padres y demás figuras de autoridad pues proyecta sobre ellos sus propias necesidades de dependencia. Opta por pensar que ellos quieren que siga siendo un niño pequeño, porque no puede aceptar que sea él quien realmente tema las consecuencias de dejar de ser un niño. Esto genera una alternancia entre ataques y estados de sometimiento frente a los padres. Normalmente los progenitores muestran perplejidad y reaccionan con hostilidad a dichos ataques lo que ayuda a contaminar la relación con su hijo y cierra un círculo de irracionalidad que perjudica a ambos. 

 

La adolescencia es una etapa emocionalmente caótica en la que el sujeto necesita llevar a cabo una profunda reorientación de su interior y de sus patrones de relación interpersonal sin contar, en cambio, con un modelo claro. Por eso emplea el método de ensayo-error y busca nuevas identificaciones y alianzas indestructibles con sus compañeros que validen sus elecciones, cambios y le provean, a la vez, de unos sentimientos de invulnerabilidad y omnipotencia que le permitan ocultar ante su conciencia su terrible fragilidad e inseguridad. Es lo que hace que incurra en conductas y busque constantemente nuevas sensaciones sin evaluar los riesgos en los que incurre. 

 

Debemos destacar que la elevada incidencia encontrada de varios trastornos psiquiátricos (trastornos afectivos con ideación suicida, Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad y trastornos por Ansiedad) en adolescentes que abusan o dependen de tóxicos. Todos los cambios que se experimentan en esta etapa de la vida aumentan la vulnerabilidad frente al Estrés, la frustración y la Ansiedad. Estos hechos promueven el uso de sustancias seleccionadas por su experiencia emocional. 

 

Es evidente que el uso de estas sustancias aleja al adolescente de la resolución real de su conflicto, promueven su fracaso escolar, provocan su descarrilamiento personal y le introducen en circuitos de marginalidad que, eventualmente, le pueden llevar hasta la delincuencia.

 

Con los adolescentes debemos esforzarnos en entender qué hay detrás del problema aparente que presentan y formular una solución ajustada y comprensiva. No es suficiente con etiquetar al adolescente consumidor con un código y aplicarle un tratamiento estándar. Es demasiado lo que está en juego y escaso el tiempo que tenemos para actuar. Una vez que la conducta se consolida es mucho más difícil promover un cambio.  

 

Una intervención acertada con técnicas como la Terapia Cognitivo-Conductual puede reorientar una trayectoria errada y evitar la destrucción de la vida futura del adolescente y de su familia. Por el contrario, un error o una dilación en el tratamiento pueden tener consecuencias catastróficas.

Psicología