Lo que nadie te cuenta del segundo hijo ¿son los celos del primero?
Los padres tienen un corazón inmenso, capaz de multiplicar su amor para todos los integrantes de la familia; no obstante, la gran mayoría de veces no estamos preparados para lidiar con los celos del hermano mayor.
La experiencia de madre primeriza
Cuando eres madre por primera vez, se experimentan una cantidad de emociones, te invade la ansiedad y la incertidumbre de cómo serás como madre o padre; sin embargo, al nacer todo va tomando su camino y es un aprendizaje mutuo.
Al tomar la decisión de agrandar la familia creemos que todo será más fácil, todo pinta color de rosa, se tienen pensamientos diferentes como ya sé cómo dar pecho, darle de comer, cómo lidiar con los trasnochos y en cierta forma con sus emociones, aunque cada niño es diferente, ya tengo camino recorrido.
Los padres tienen un corazón inmenso, capaz de multiplicar su amor para todos los integrantes de la familia; no obstante, la gran mayoría de veces no estamos preparados para lidiar con los celos del hermano mayor.
¿Qué pasa con el niño/a mayor?
Te llegaste a imaginar ¿qué pasa por la cabecita de ese pequeño niño/a que hasta hace unos meses o años era el rey o reina de la casa y el universo? que todas las atenciones de mamá, papá, abuelo, tíos eran solo para él o ella y de repente alguien llega a robar ese espacio, ellos sienten mucho temor al pensar que alguien llegará a desplazarlo y se quedarán con el amor de la mamá.
Es complejo para un niño gestionar todos estos cambios y emociones, en el primer encuentro puede que todo sea amor, mimos y caricias, pero al caer en cuenta que llegó para quedarse y debe de compartir su atención, tiempo y mimos, a lo mejor la cosa va cambiando.
Como adultos, en ocasiones lo llamamos rebeldía y cuesta adaptarse a un hijo mayor que se vuelve:
- Celoso
- Ansioso
- Vuelven berrinches y pataleta
- No come
- Algunos niños vuelven a mojar la cama
¿Qué será lo qué pasa?
Por el pensamiento del niño no hay maldad, sólo desea que le regresen lo que es y ha sido sólo de él, pero mamá está a punto de colapsar y de enloquecer con un hermano mayor demandante y un recién nacido en adaptación a la vida y ni hablar de papá que es el mediador de todo, donde puede sentir en la mayoría de los casos el rechazo del hijo mayor. Todo cambio conlleva algo de caos, pero después de la tormenta llega la calma.
Muchas veces las madres creen tener el don de pulpo (yo puedo hacerlo sola, yo tengo la capacidad de resolver, yo veo como me las arreglo); mientras estoy con un bebé, hago esperar al otro hasta cuando tenga tiempo, pero resulta que muchas veces no sale como lo esperado y pueden desencadenar un alto nivel de ansiedad, frustración y depresión.
Es momento de jugar siempre en el mismo equipo llamado familia, donde los padres son los jugadores principales y van guiando el rumbo de los pequeños, donde no hay uno que trabaje o se recargue más que el otro y donde se ve como un todo y se complementan el uno al otro.
La importancia del apoyo mutuo
Tener la capacidad de aceptar ayuda de terceros (abuelos, tíos o cuidadores) porque en este momento se necesitan manos y palabras de calma, entendimiento y juegos.
Involucrar a tu hijo/a mayor a ser parte de todo el proceso desde el embarazo, hacerlo partícipe de la llegada del bebé, que ayude a cambiar pañales, momento del baño o cuidados del menor y evitar dejarlo sólo, hazlo sentir querido e importante.
Sí eres una persona externa y quieres tener un detalle con el recién nacido, recuerda que son dos, no se deben dar todos los elogios al nuevo integrante de la familia.
Es un periodo de tiempo corto, al principio parecerá una eternidad, luego crecen y sólo quedan las anécdotas.