Láser de ND-Yag para el tratamiento de Várices y Arañas Vasculares
Actualmente, se utiliza la técnica del láser de Neodimio-Yag para el tratamiento de Várices no quirúrgicas y Arañas Vasculares
El láser es una luz amplificada que se envía desde una fuente de energía y se concentra en un punto muy concreto gracias a su capacidad de viajar sin diversificarse y concentrarse luego en un rango espectral muy estrecho. Sus aplicaciones han evolucionado a lo largo de los años hasta perfeccionarse de tal manera que, hoy en día, hay láseres que se emplean para patologías vasculares, dermatológicas, oftalmológicas, etc.
Las Várices no quirúrgicas, es decir, las de pequeño calibre y las Arañas Vasculares son las que mejor responden al tratamiento con láser, siempre que se trate de un láser de Neodimio-Yag. El láser de ND-Yag es el específico para las Várices Superficiales, dado que su captación exclusiva por la hemoglobina permite tratar sólo las venas, respetando todo el resto de tejido alrededor.
Ventajas del tratamiento de Várices y Arañas Vasculares con láser de ND-Yag
Las principales ventajas del tratamiento de varices con láser de ND-Yag son las siguientes:
- Es la única forma de tratamiento de los derrames capilares en forma de ramificación que tanto afean estéticamente, ya que actúa desde la superficie directamente sobre ellas
- Es la moderna alternativa estética, rápida, cómoda, indolora, segura y eficaz al tratamiento esclerosante que se empleaba antiguamente para tratar venas antiestéticas
- Permite tratar muchos derrames capilares en muy pocas sesiones, ya que se tratan de forma externa (transcutánea) y no mediante inyecciones directas en las venas
- Es totalmente estético porque no hiperpigmenta ni deja cicatrices
- En la mayoría de los casos, la paciente puede ver la desaparición del capilar durante el tratamiento
- Puede ser empleado en meses de calor porque basta con aplicar una crema de protección solar sobre la zona tratada, si se acude a la playa
Procedimiento del tratamiento de varices y arañas vasculares con láser de ND-Yag
La técnica consiste en seguir con un aplicador en forma de lápiz todos los capilares y progresar el haz de luz por encima de la vena a medida que este va desapareciendo. Así, una tras otra, se van borrando las venas superficiales independientemente de su cantidad y localización.
En general, tres sesiones suelen ser suficiente para un tratamiento estándar. No obstante, los tratamientos se hacen absolutamente individualizados y, según el tamaño, la cantidad y la antigüedad de las venas a tratar puede ser que sean necesarias algunas sesiones más para conseguir un resultado estético lo más perfecto.