Las lesiones derivadas del running
La afición por el running ha aumentado considerablemente los últimos años y las competiciones deportivas también están cada vez más presentes. Este deporte tiene múltiples beneficios, pero hemos de ser conscientes y observar ciertas precauciones para evitar lesiones que se puedan producir tras una mala práctica
Las lesiones del corredor son aquellas que se producen por los microtraumatismos o sobrecargas que el aparato locomotor soporta cuando se practica la carrera a pie. Las lesiones pueden ser de diferentes tipos como musculares (contracturas y roturas), tendinosas (la más frecuente es la lesión de los tendones de aquiles, y rotuliano e isquiotibiales en el caso de los corredores), óseas (fracturas de estrés) y articulares (problemas del cartílago en rodillas, tobillos o caderas entre otros).
Aunque cada caso es particular, las causas siempre suelen ser un desequilibrio entre la carga de entrenamiento y las competiciones a las que se somete el cuerpo, así como nuestra capacidad para recuperarse de la misma y para asimilarla sin sufrir daños.
Existen factores intrínsecos como el peso y la morfología de las piernas o pies, y extrínsecos, como las zapatillas o el terreno por el que se practica la carrera, que favorecen que las lesiones se produzcan o no. En muchas ocasiones, los corredores no realizan los descansos suficientes, acumulando esfuerzos innecesarios que pueden generar lesiones en nuestros músculos.
La mayoría de estas lesiones son fáciles de diagnosticar, tras escuchar la historia clínica que refiere al paciente y hacer una exploración física en la consulta. Hoy en día, se recurre a las pruebas complementarias de imagen para confirmar y definir mejor el pronóstico y las pautas de tratamiento.
Siempre se debe de tener en cuenta que la prevención es la clave ante cualquier tipo de lesión. No obstante, si existe alguna dolencia se necesitará de la atención de profesionales adecuados como entrenadores, médicos o fisioterapeutas. Una de las cosas más importantes es no realizar incrementos muy bruscos en el kilometraje semanal y recuperar siempre bien después de una competición. Otro aspecto fundamental que no podemos obviar son los estiramientos al final del entrenamiento. Una dieta sana y equilibrada acompañada de suficientes descansos nos prevendrá de ciertas dolencias innecesarias.
El tratamiento al que tenemos que acudir es diferente según cada lesión y según el paciente. Sin embargo, en las lesiones del corredor es común pasar un periodo de entrenamiento alternativo, recurrir a la fisioterapia o, en ocasiones, a la cirugía. En concreto, el corredor se somete a la cirugía sobretodo en las lesiones de las articulaciones o en deformidades como el Síndrome de Haglund, ya que con operaciones muy sencillas puede resolverse o mejorarse como para seguir practicando el running.