La Periimplantitis: ¿qué es, por qué se produce y qué síntomas presenta?
La Periimplantitis es un proceso destructivo inflamatorio que afecta a los tejidos, ya sean blandos o duros, que rodean los implantes
Esto produce una pérdida del hueso periimplantatorio, junto con una lesión inflamatoria con supuración. La Periimplantitis puede significar la pérdida del implante, por lo que no se ha de confundir con la Mucositis.
La Mucositis es la aparición de cambios inflamatorios de la mucosa que rodean el implante. A diferencia de la Periimplantitis, no causa pérdida ósea y es un proceso que puede ser reversible con un tratamiento adecuado.
¿Por qué se produce la Periimplantitis?
1. Los pacientes con enfermedad periodontal (o piorrea) tienen mayor predisposición a padecerla
2. El otro factor más importante es la sobrecarga oclusal, tanto en el sentido axial como las fuerzas laterales
Otros factores de riesgo son:
3. Los hábitos tabáquicos
4. La calidad ósea
5. Los factores sistémicos
6. La higiene oral
7. Los riesgos que se ocasionan por trauma quirúrgico
8. Una contaminación bacteriana durante la inserción de los implantes
9. Una mala distribución de las fuerzas que generen sobrecarga
10. Los tipos de superficie del implante
11. Una estabilidad no adecuada a la estabilidad primaria
¿Qué síntomas presenta la Periimplantitis?
1. La presencia de placa bacteriana y calculo alrededor del implante
2. Un edema y el enrojecimiento de los tejidos marginales
3. El aumento de las profundidades de sondaje y ligero sangrado o supuración después de este procedimiento
4. La destrucción ósea vertical en relación con la bolsa Periimplantaria
5. La presencia radiológica de reabsorción ósea
6. La persistencia de dolor y malestar en el paciente
7. La movilidad del implante en la fase final de la enfermedad
El mantenimiento de los implantes a la clínica dental se debe realizar al menos cada 6 meses, lo que será muy importante para detectar una posible Periimplantitis en su fase inicial. Si la enfermedad se desarrolla sin diagnóstico, se hace cada vez más difícil de tratar y puede acabar teniendo que extraer el implante.
El mantenimiento también permite evitar el crecimiento de bacterias agresivas que puedan hacer perder hueso a nuestros implantes, por lo que constituye una eficaz medida de prevención.