La lesión de meniscos: ¿cómo tratarla?
Los Meniscos son una estructura de consistencia elástica que se encuentra entre el fémur y la tibia, actuando a modo de amortiguador. Tiene una forma especial de medialuna para que el fémur se acople a la perfección con la tibia. Tenemos 2 meniscos en cada rodilla, uno externo y otro interno
Lesión de Meniscos
El mecanismo más frecuente de lesión es por un giro de la rodilla. Pueden encontrarse lesiones aisladas del menisco o asociadas a ruptura de ligamentos (cruzado anterior y lateral interno) y/o del cartílago articular.
El menisco más frecuentemente afectado es la parte posterior del menisco interno, pero puede lesionarse cualquier parte, dependiendo del movimiento realizado. Debido a la forma especial de aporte sanguíneo del menisco, hay 2 tipos de rupturas:
- Las localizadas más centrales (donde no llega sangre y hay que resecar la lesión, ya que no cicatriza)
- Las localizadas más periféricas (donde si llega aporte sanguíneo y es posible suturarlas y conservarlas)
¿Cómo tratarla?
Cuando se rompe “todo el menisco” y hay que resecarlo, la presión entre fémur y tibia aumenta hasta un 300 %, con el consiguiente desgaste del cartílago a medio plazo y artrosis precoz.
Es por esto que, siempre que sea posible, hay que conservar el menisco y suturarlo. Actualmente puede realizarse la sutura del menisco mediante artroscopia sin problemas, permitiendo conservar el “amortiguador” natural de la rodilla.
A más menisco resecado, más posibilidad de secuelas a medio plazo. Si al cabo de los años, hay dolor y limitaciones, debido al desgaste del cartílago, hay otras opciones de tratamiento: desde el sustituto meniscal con implantes de colágeno artificial o el trasplante de menisco con injertos de donante.
También existen novedosos tratamientos para las lesiones focales del cartílago, como el utilizado con las células madre del propio hueso y BST-Cargel, un producto que se aplica durante procedimientos de reparación de cartílagos.