La Fecundación In Vitro, una técnica efectiva para conseguir un embarazo
Ante un problema reproductivo en cualquiera de los miembros de una pareja, la Fecundación In Vitro es una de las técnicas más efectivas para conseguir un embarazo por vías médicas. Tiene una efectividad del 45% y es la técnica que más facilita conseguir ese embarazo tan deseado
¿En qué consiste la Fecundación In Vitro?
La Fecundación In Vitro es una técnica que consiste en fecundar los óvulos obtenidos de una Estimulación Ovárica, con los espermatozoides de la pareja, colocando el embrión dentro del útero.
La FIV consta de varias fases. En la primera, debe hacerse una Estimulación de los Ovarios, a través de la administración de una serie de fármacos para conseguir que en ese ciclo, en vez de que solo se produzca un óvulo, se produzca un número más elevado. Habitualmente la media que se intenta obtener es en torno a los seis u ocho.
Durante ese tiempo de tratamiento, cada dos o tres días, se cita a la paciente para ir comprobando mediante Ecografías que el proceso lleva un buen curso. Una vez que los ovarios están ya preparados para ovular, en ese momento se pasa a la siguiente fase que se llevará a cabo en el quirófano.
Una vez en el quirófano, se aplica sedacion para evitar que no haya ningún tipo de dolor y, a través de una Ecografía y mediante una punción dentro de la vagina, se obtienen los óvulos. Ese mismo día debe obtenerse una muestra de semen del varón para, en el laboratorio, realizar el proceso de concepción.
Dos o tres días después, comienza la última fase en la que el embrión ya fecundado es colocado en el útero. Habitualmente se transfieren uno o dos embriones para conseguir las mejores probabilidades de embarazo y el menor riesgo de embarazo múltiple. Y si hubiera un mayor número de embriones de buena calidad, el resto de embriones se podría congelar para poder utilizar en ciclos sucesivos.
¿Qué tipos de estudios previos se llevan a cabo?
Cuando una pareja acude porque está teniendo problemas para conseguir el embarazo, se suelen llevar a cabo una serie de pruebas para valorar dónde está el problema o los problemas que provocan esa alteración, esa dificultad para conseguir el embarazo.
En la mujer, se suelen llevar a cabo una Ecografía para ver si hay un tipo de anomalía a nivel del útero o los ovarios que justifique el problema, e incluso para valorar la reserva ovárica, es decir, la capacidad de producción de óvulos en cantidad y calidad suficiente. Se realizan también una serie de análisis de sangre que van desde una analítica general, para evaluar el estado de salud general, y estudios hormonales para valorar que no haya ningún tipo de anomalía en el ciclo ovárico. Y en muchos casos, aunque no siempre, suele ser necesario acompañar de pruebas para valorar la funcionalidad de las trompas.
En el caso del hombre es fundamental llevar a cabo un Seminograma en el cual podamos ver el número, movilidad, morfología de los espermatozoides, siempre asociado al llamado test REM, o test de capacitación, en el cuál podremos saber exactamente cuántos espermatozoides con capacidad fecundante hay.
Con estas pruebas en la gran mayoría de parejas encontraremos qué factores afectan para conseguir el embarazo, y de esta forma proponer el tratamiento más adecuado en cada caso.
¿Qué recomendaciones debe seguir la paciente una vez realizada?
La paciente puede hacer una vida completamente normal una vez finalizada la Fecundación In Vitro, salvo los primeros 20 minutos de reposo tras la transferencia de los embriones, el resto del día la paciente puede hacer una vida absolutamente normal continuando con el tratamiento que le prescriban sus médicos.
¿Qué nivel de eficacia tiene?
Hoy en día las tasas de embarazo medias que se obtienen en un ciclo de FIV es de un 45%, aunque es verdad que puede depender de determinados factores, como es la edad de la paciente, que pueden modificar esta media de éxito.