La dieta adecuada para la Hernia de Hiato
La Hernia de Hiato se produce cuando la parte superior del estómago pasa de estar en el abdomen para alojarse en el tórax. Es una afección que se presenta en aproximadamente 20% de la población
Cuando comemos, el alimento pasa de la boca al esófago que está en la cavidad torácica y de ahí va al estómago, situado en nuestro abdomen. El tórax y el abdomen se separan por un músculo denominado diafragma y el esófago se comunica con el estómago a través de un agujero en el diafragma llamado hiato.
El problema se da cuando parte del estómago pasa a través del hiato a la cavidad torácica,, ya que esto facilita el Reflujo Gastroesofágico (RGE), es decir, que el contenido del estómago regrese al esófago. Cuando sucede, el esófago, que no está protegido como el estómago para soportar los ácidos de la digestión, se irrita y es cuando empezamos sufrir los síntomas que antes se han nombrado.
Recomendaciones dietéticas
Para mejorar los síntomas que produce la Hernia de Hiato es importante seguir una Dieta Terapéutica determinada. Ésta debe crearse en función de las tolerancias, los gustos personales y en consonancia con nuestro estilo de vida, siendo a la vez equilibrada con nuestro gasto energético.
Como consideraciones generales es importante reducir el peso siempre que sea necesario, ya que aligerará la presión en el abdomen propiciando una mejoría de los síntomas.
Además, las comidas no deberían ser excesivamente copiosas, esto dificulta la digestión aumentando las posibilidades de que aparezca el reflujo. Es mucho más aconsejable hacer comidas ligeras con mayor frecuencia. La forma de cocinar los alimentos también influye a la hora de prevenir el reflujo. Se debe evitar todo lo no esté hervido, hecho al horno o al vapor. Es recomendable tener especial precaución con la comida a la plancha, si el alimento se quema, puede irritar el estómago.
Alimentos desaconsejados
De igual manera que hay prácticas que ayudarán a aliviar los síntomas también hay determinados alimentos cuya ingesta debería eliminarse o reducirse con tal de evitar las molestias que producen en el estómago al digerirlos. Este es el caso de alimentos picantes, muy salados, bebidas alcohólicas y carbonatadas, alimentos ácidos (tomates, vinagre, cítrico) y, también ciertos condimentos.
Recuerda consultar con un especialista en Nutrición para que se pueda adaptar un plan alimenticio basado en las propias necesidades de cada persona.