La Depresión es una enfermedad, no un estado de ánimo
Las personas suelen usar el término de forma coloquial para decir que se encuentran desanimadas, sin embargo, la Depresión es una enfermedad psiquiátrica grave que requiere tratamiento.
Los estragos de la Depresión
La Depresión presenta altos índices de morbilidad, ya que aumenta el riesgo de Abuso de Sustancias, Diabetes y Enfermedades Cardiovasculares; las personas que ya sufren estas y otras enfermedades tienen más riesgo de padecer Depresión. Adicionalmente, esta enfermedad tiene un alto índice de mortalidad, porque lleva a la gente a tener conductas autodestructivas.
Estadísticas reales de esta enfermedad
En 2017 la OMS/OPS ya consideraba la Depresión como la principal causa de problemas de salud y discapacidad a nivel mundial. En 2019 más de mil millones de personas la padecían, y en el primer año de pandemia las cifras aumentaron un 25%, por lo que a la fecha actual podrían haber aumentado aún más.
La decisión de acudir a consulta psiquiátrica
Las personas temen acudir con un psiquiatra por el estigma social que existe, y usando el argumento de que “no están locas”, permitiéndole a la enfermedad ganar terreno y volverse más difícil de tratar. Como con otras enfermedades, entre más temprano empiece el tratamiento, mejor será el pronóstico y la rapidez con que se aliviarán los síntomas.
Es de vital importancia consultar a un especialista cuando una persona presenta varios de los siguientes síntomas:
- Ánimo bajo
- Pérdida de interés en actividades que eran placenteras
- Falta o aumento del apetito
- Pérdida o aumento de peso
- Insomnio o Hipersomnia
- Ideas de muerte o de autolesión
- Trastornos de memoria y concentración
- Dolor corporal
- Enlentecimiento del pensamiento
- Incapacidad para realizar las actividades diarias
El tratamiento para la Depresión es preferencialmente farmacológico
Existen varias clasificaciones médicas para la Depresión, pero para simplificar podríamos dividirlas en:
- Endógenas: sin causa aparente por factores internos
- Exógenas: cuando hay desencadenantes que el paciente logra identificar
Los tratamientos son preferencialmente farmacológicos e idealmente deben ir acompañados de otras terapias; hay estudios médicos que muestran que las personas con Depresión presentan un desbalance químico de Serotonina, Noradrenalina y otros Neurotransmisores Cerebrales. Los antidepresivos, (que no crean adicción, aunque la gente piense que sí), tratan de mejorar la disponibilidad de estas sustancias en el cerebro.
Adicionalmente, el tratamiento por medio de Psicoterapias (breves, psicoanalíticas, cognitivas-conductuales, etc.), grupos de apoyo, Acupuntura u Homeopatía, ayudan a acelerar el proceso de mejoría. También pueden clarificar los motivos de la Depresión, educar al paciente frente a la enfermedad y tratar de prevenir una recaída.