La Alimentación en los primeros años de vida
Los primeros 1000 días de vida, desde la concepción hasta los dos años de edad, son cruciales para establecer patrones de alimentación y nutrición adecuados que pueden tener un impacto a largo plazo en la salud y el bienestar de los niños.
Alimentación con nutrientes
La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda la Lactancia Materna exclusiva durante los primeros seis meses de vida y la introducción gradual de alimentos complementarios después de los seis meses, mientras se mantiene la Lactancia Materna hasta los dos años o más.
La leche materna es el alimento ideal para los recién nacidos, ya que proporciona todos los nutrientes necesarios para un crecimiento y desarrollo saludables, además de contener factores de protección contra enfermedades.
Alimentación Complementaria
La introducción de alimentos complementarios debe ser gradual y adecuada para el nivel de desarrollo del niño, comenzando con alimentos blandos y fáciles de digerir, como purés de frutas y verduras, y evitando alimentos que puedan causar asfixia, como nueces, semillas y alimentos duros.
Es importante que los alimentos complementarios sean variados y nutritivos, incluyendo una variedad de frutas, verduras, proteínas y granos enteros para asegurar la ingesta adecuada de nutrientes esenciales como proteínas, hierro, calcio, vitaminas y minerales, también, es importante evitar alimentos con alto contenido de azúcares y grasas, ya que pueden contribuir a la Obesidad Infantil y otras enfermedades crónicas.
Los alimentos complementarios también puede ser un momento para fomentar la exploración de nuevos sabores y texturas, así como para promover hábitos alimentarios saludables a largo plazo.
Es importante que los padres y cuidadores establezcan un ambiente positivo y agradable durante las comidas, fomentando la interacción y la comunicación, y evitando la presión para que los niños coman más de lo que desean.
Es importante asegurarse de que los niños tengan acceso a agua potable limpia y segura, así como a un entorno seguro y limpio para la preparación de alimentos y la alimentación.
En resumen, la alimentación en los primeros años de vida es crucial para establecer patrones de alimentación y nutrición adecuados que pueden tener un impacto a largo plazo en la salud y el bienestar de los niños.