La influencia de la Autoestima en las relaciones interpersonales
La Autoestima, definida como la evaluación subjetiva que una persona tiene de su propio valor y competencias, juega un papel fundamental en la configuración de las relaciones interpersonales.
Alta y baja Autoestima
De acuerdo con la Psicología Social, las personas con Autoestima equilibrada tienden a establecer relaciones más saludables y recíprocas, caracterizadas por la confianza mutua y el respeto. Esto se debe a que una Autoestima robusta permite una comunicación más efectiva y un manejo adecuado de los conflictos.
En contraste, una Autoestima baja puede llevar a patrones de dependencia emocional, inseguridad y comportamientos de evitación, los cuales pueden afectar negativamente la calidad y estabilidad de las relaciones. Estos efectos están mediados por factores como la autopercepción, la capacidad de autoafirmación y la sensibilidad a la crítica, que influyen directamente en cómo los individuos interactúan con los demás.
Es importante comprender el estado actual de tu Autoestima para desarrollar estrategias que ayuden a fortalecerla. Con la ayuda de un especialista, se pueden examinar los diferentes factores en los que la autoestima influye y cómo esta impacta el comportamiento y las relaciones interpersonales. El objetivo es fomentar una interacción más equilibrada y saludable, tanto contigo mismo como con los demás.
¿Qué es la Autoestima y el Amor Propio?
La Autoestima, de acuerdo con el psiquiatra Enrique Rojas, es “la valoración que uno hace de sí mismo en plan positivo”. Es decir, la Autoestima es la valoración que uno hace a partir de sus logros, mientras que el Amor Propio está más relacionado con la autoconservación vital.
El amor propio se basa en la aceptación incondicional de uno mismo, bajo la idea de que el amor que siento por mí nunca está en juego. Independientemente de que logres o no lo que te propongas, el amor propio permanece intacto.
La Autoestima está contenida en el autorrespeto y el autoconcepto, que requieren autoobservación y autoconocimiento respecto a nuestros valores, limitaciones y habilidades, así como coherencia entre nuestras creencias, expresiones y comportamientos. Además, incluye:
- Autoimagen: la percepción positiva de uno mismo al observarse en el espejo no solo físico sino también el espejo de la vida misma
- Auto-refuerzo: la capacidad para reconocer, aplaudir y valorar nuestros propios logros
- Autoeficacia: la confianza en nuestras capacidades para alcanzar metas
- Autotrascendencia: la creencia en nuestra capacidad para superar desafíos futuros
Por otro lado, la autoaceptación se relaciona con el reconocimiento del propio valor y la convicción de que somos dignos de afecto y respeto, independientemente de nuestras características actuales. Esto implica aceptar nuestras limitaciones, identificar áreas de mejora y trabajar activamente en nuestro desarrollo personal.
Agentes generadores de Autoestima
Los agentes generadores de Autoestima son las figuras de autoridad en la familia, como padres, abuelos, tíos y hermanos mayores, ya que ellos proveen afecto, valoración y autoridad. Otros agentes incluyen la escuela, profesores, compañeros, amigos, pareja, líderes, la sociedad en general y, sobre todo, uno mismo.
La Autoestima está influenciada por la manera en que interactúas con otras personas y tu entorno en general. Se basa en cómo ves tus habilidades y dignidad como persona y se concentra en cómo te sientes acerca de ti mismo/a.
Características de una persona con baja Autoestima
Algunas de las características más comunes de una persona con baja Autoestima son:
- Poca confianza en sí mismo
- Baja tolerancia a la frustración
- Perfeccionismo excesivo o una autoimagen extremadamente negativa
- Vulnerabilidad e hipersensibilidad
- Miedo excesivo al rechazo y necesidad constante de aprobación
- Pensamientos y palabras recurrentemente negativas sobre uno mismo
- Cierta agresividad contenida
- Servilismo y dificultad para decir "no" ante demandas abusivas
La importancia de la Psicoterapia en la Sanación de la Autoestima
El objetivo de la Psicología es contribuir a la reducción del sufrimiento humano, aunque es una parte inherente de la existencia humana, y promover un mayor bienestar en la vida de las personas, a través de la práctica profesional.
La Psicología es una herramienta esencial para abordar y aliviar el malestar de individuos que atraviesan procesos difíciles o enfrentan situaciones que les resultan incomprensibles o irresolubles, ya sea por falta de recursos, comprensión insuficiente o dificultad para hacer resoluciones.
Según la experta en Autoestima y relaciones Silvia Congost, para sufrir menos es fundamental tener en cuenta algunos aspectos importantes:
- Ser consciente de lo que nos ocurre: Implica no solo experimentar el malestar asociado con una relación tóxica, sino también la capacidad de analizar la situación a un nivel más profundo. Esto requiere una autoobservación que permita identificar los factores subyacentes y contextuales que contribuyen al sufrimiento. La idea es no solo quejarte del problema y estar en el rol de victima sino también poder observar qué es lo que hay en ti, qué es lo que te está pasando, qué hace que estés permitiendo que esto suceda, y a partir de allí todo cambia. Sin esta comprensión profunda, el sufrimiento se perpetúa y puede llegar a ser normalizado, sin posibilidad de cambio real.
- Comprender por qué está sucediendo: Se refiere a identificar las causas subyacentes y el origen de la situación problemática. Este análisis facilita la identificación de posibles soluciones al proporcionar una visión más clara del contexto y los factores involucrados.
- Responsabilizarse: Este proceso requiere pasar de la comprensión y aceptación del problema a la acción orientada al cambio. No basta con reconocer y aceptar la situación; es fundamental preguntarse activamente qué medidas se pueden tomar para modificarla. Este enfoque implica asumir la responsabilidad personal en la creación de un cambio y poner en práctica acciones concretas para mejorar la situación.
El dolor es un elemento intrínseco dentro de la naturaleza humana. Viktor Frankl menciona que “incluso en las condiciones más extremas de sufrimiento, es posible encontrar una razón para vivir” para él mientras haya vida y voluntad, hay esperanza. Después de haber escuchado y guardado secretos por más de 17 años en consulta privada y fuera de ella me atreveré como Logoterapeuta a sugerir un cuarto elemento para lograr resignificar el dolor:
Aceptar que el sufrimiento hace parte de la vida: Queramos o no el dolor hace parte de la vida. El dolor físico, el malestar emocional y el sufrimiento moral hacen parte del humano y cumplen una función en la preservación de la vida física y en la madurez psicológica y espiritual del hombre. Es por eso que Frankl sobreviviente del holocausto nazi veía la importancia de la interpretación de las circunstancias dolorosas y la necesidad de «ver más allá de la miseria» para descubrir el sentido y significado que hay detrás. En otras palabras, si encontramos una razón para seguir viviendo a pesar del dolor sufrido podremos superar la frustración y, por consecuente, el vacío existencial que tenemos.