Hígado graso: ¿Cómo afecta a tu cuerpo y qué puedes hacer al respecto?
El aumento de riesgo se atribuye a la ingesta de pan, galletas, postres, bebidas azucaradas e incluso endulzadas con edulcorantes artificiales.
El Hígado Graso, no es más que la acumulación de grasa a nivel de este órgano tan fundamental que es el Hígado. Es una de las patologías más prevalentes hoy a nivel mundial debido a los estilos de vida que tenemos. El sedentarismo y el aumento en la ingesta de carbohidratos refinados nos llevan a esa acumulación a nivel de grasa en el hígado.
Definición y riesgos asociados
Para definir fácilmente, el Hígado Graso es un aumento en la ingesta de pan, galletas, tortas, postres, bebidas azucaradas e incluso endulzadas con edulcorantes artificiales. Esto genera un fenómeno de transformación de esos carbohidratos refinados en grasa, que se acumula a nivel hepático.
El mayor riesgo está en las poblaciones de pacientes sedentarios, con una ingesta de alcohol permanente, y una ingesta alimentaria excesiva de azúcares refinados o de esas harinas refinadas, así como de esos refrescos que consumimos prácticamente a diario. Desde la infancia hasta la adultez mayor, todos los grupos poblacionales que cumplan estas características son poblaciones de riesgo.
Consecuencias y complicaciones
Cuando se tiene Hígado Graso, se divide en diferentes grados: grado uno, el menor porcentaje de grasa; grado dos, un hígado graso moderado; y grado tres, o hígado graso severo. Esto se acompaña de elevación de las enzimas del Hígado, llamadas transaminasas. Si la acumulación de grasa sigue avanzando, puede llegar a un estadio de fibrosis y, finalmente, a un estado de Cirrosis, que es la complicación más temida del Hígado Graso. La Cirrosis Hepática por grasa es la complicación más grave y puede generar fenómenos de Insuficiencia Hepática.