Fibromialgia: una enfermedad misteriosa para la medicina
El enfoque terapéutico para el manejo de pacientes con Fibromialgia se caracteriza por intervenciones integradas, multidisciplinarias e individualizadas
La Fibromialgia es un síndrome caracterizado por dolor musculoesquelético crónico, asociados a otros síntomas que conllevan a una incapacidad para llevar a cabo las actividades diarias normales, y se puede definir gracias a diferentes criterios diagnósticos establecidos a través de la historia y escalas de severidad.
Desde hace décadas los médicos empezaron a reconocer a la Fibromialgia como una entidad clínica, sin embargo, se sigue percibiendo como una enfermedad controvertida y misteriosa a causa de la mala conexión que tiene sus síntomas, así como la ausencia de un biomarcador en específico, lo que la hace un síndrome interesante en lo que respecta a la filosofía de la medicina, porque queda fuera de la definición mecanicista de enfermedad.
¿Cómo afecta la calidad de vida de las personas?
Es una enfermedad que impacta la calidad de vida de las personas en áreas tan importantes como:
- Laboral
- Personal
- Sexual
- Intelectual
Por lo que ha medida de los años ha sido mejor estudiada con el fin de encontrar diferentes alternativos de manejo a pesar de su difícil diagnóstico.
A lo largo de múltiples consultas que hemos realizado a pacientes con Fibromialgia, pude evidenciar el desespero de estos pacientes al encontrarse con profesional de la salud, médicos, especialistas e incluso psicólogos que no creen en sus dolores, donde la respuesta es “nosotros no podemos hacer nada para sus dolores porque no tienen una causa” y esto genera una frustración mayor a sus dolencias.
Salud mental y Fibromialgia
Definitivamente la parte emocional y de salud mental está directamente relacionada con la enfermedad, según varios estudios, la prevalencia de comorbilidades psiquiátricas, como los Trastornos de Ansiedad y la Depresión, entre los pacientes con esta patología alcanza el 60% en determinadas subpoblaciones y cuando existen desencadenan un peor pronóstico de la enfermedad.
De manera similar el Estrés también parece ser un factor predictivo y factor pronóstico negativo.
Síntomas y diagnóstico de la Fibromialgia
El diagnóstico es principalmente clínico, en la anamnesis, los pacientes refieren dolor constante, en general percibido como intenso, que evoluciona de forma intermitente, puede ser migratorio con episodios dolorosos o permanente. Los pacientes también refieren:
- Astenia
- Trastornos del Sueño
- Fatiga matutina
- Trastornos Cognitivos (dificultades de atención, concentración, memoria, impresión de niebla cognitiva)
- Migrañas o Cefaleas tensionales
- Trastornos Digestivos Funcionales
Raramente también puede presentarse el Síndrome de Raynaud, Parestesias Distales, Tinnitus, Dismenorrea y Trastornos Urinarios. Los síntomas varían de un paciente a otro e incluso para el mismo paciente a lo largo del tiempo.
Debe buscarse la ausencia de lesión articular, déficit neurológico, debilidad muscular o elementos que sugieran una patología metabólica-endocrina.
El dolor de la Fibromialgia a menudo se acompaña de otros síndromes de amplificación del dolor, estos síndromes a menudo han estado presentes durante muchos años y pueden aumentar y disminuir con el tiempo. Puede ser importante que el paciente comprenda las relaciones genéticas y fisiológicas entre estos diagnósticos. Además, es clínicamente importante determinar qué síntomas tienen el mayor impacto en el paciente.
Manejo actual de la Fibromialgia
El enfoque terapéutico para el manejo de pacientes con Fibromialgia se caracteriza por intervenciones integradas, multidisciplinarias e individualizadas según la presentación de cada paciente. Se puede dividir en cuatro pilares el tratamiento:
- Educación del paciente
- Fitness
- Tratamiento farmacológico
- Psicoterapia
Las últimas recomendaciones sobre el manejo de la Fibromialgia enfatizan la importancia de usar primero medidas no farmacológicas, pero la principal recomendación es a favor de hacer ejercicio. Como en el caso de otras condiciones crónicas, el estado físico es fundamental y debe involucrar la pérdida de peso, ejercicios aeróbicos y de fortalecimiento, así como modificaciones en la dieta.
Por otro lado, la Nutrición también es importante, numerosos estudios han demostrado que el estrés oxidativo, las dietas deficientes en aminoácidos y la deficiencia de ciertos minerales (selenio, magnesio, zinc) y vitaminas (vitamina B6, vitamina B12, vitamina D, ácido fólico) pueden influir en el dolor muscular, y que la suplementación con estos micronutrientes y antioxidantes (vitamina C, vitamina E, polifenoles) puede mejorar estos síntomas.