Falla Cardíaca: El Corazón que no bombea lo suficiente
El corazón, ese incansable músculo que bombea la sangre a todo nuestro cuerpo, no siempre funciona a la perfección. Cuando este órgano vital falla en su tarea de bombear lo suficiente, hablamos de insuficiencia cardíaca o Falla Cardíaca.
Esta condición no significa que el corazón se detenga, sino que se vuelve incapaz de suplir las demandas de oxígeno y nutrientes que requieren los demás órganos y tejidos.
Función e importancia del corazón
El corazón es una bomba compleja que tiene como función principal impulsar la sangre rica en oxígeno a todo el cuerpo. Lo hace a través de dos circuitos:
- Circulación pulmonar: La sangre desoxigenada del cuerpo regresa al corazón por las venas cavas y entra a la aurícula derecha. Luego, pasa al ventrículo derecho y es bombeada hacia los pulmones, donde se oxigena
- Circulación sistémica: La sangre oxigenada regresa al corazón desde los pulmones por las venas pulmonares y entra a la aurícula izquierda. Luego, pasa al ventrículo izquierdo y es bombeada con fuerza hacia todo el cuerpo a través de la aorta y sus ramas
Causas de la Falla Cardíaca
La Falla Cardíaca se produce cuando el corazón no puede bombear suficiente sangre para satisfacer las necesidades del organismo. Esto puede deberse a diversas causas, entre las más comunes encontramos:
- Enfermedad Coronaria: El estrechamiento o bloqueo de las arterias coronarias, que son las encargadas de irrigar al propio músculo cardíaco, puede dañar el miocardio y debilitar su capacidad de bombeo
- Hipertensión Arterial: La presión arterial alta obliga al corazón a trabajar más para bombear la sangre contra una mayor resistencia, lo que puede llevar a la hipertrofia (agrandamiento) del músculo cardíaco y, a largo plazo, a su debilitamiento
- Valvulopatías: Las enfermedades de las válvulas cardíacas, que son las encargadas de controlar el flujo sanguíneo dentro del corazón, pueden alterar la eficiencia del bombeo
- Miocardiopatías: Son enfermedades que afectan directamente al músculo cardíaco, debilitándolo y dificultando su contracción. Pueden ser causadas por diversas afecciones, como infecciones virales, consumo excesivo de alcohol o ciertos medicamentos
- Otras causas: Diabetes, obesidad, tabaquismo, enfermedades autoinmunes, etc.
Sintomatología de la Falla Cardíaca
Los síntomas de la Falla Cardíaca pueden variar de persona a persona y depender de la gravedad de la afección. Algunos de los más comunes son:
- Falta de aire: Dificultad para respirar, especialmente al realizar esfuerzos físicos o al acostarse
- Fatiga: Cansancio extremo, incluso con actividades cotidianas leves
- Hinchazón de piernas, pies y tobillos: Acumulación de líquido en las extremidades inferiores, especialmente notable al final del día
- Tos: Tos seca o con mucosidad, especialmente durante la noche o al acostarse.
- Disminución del apetito y náuseas
- Aumento de peso: Retención de líquidos
- Latidos cardíacos irregulares o palpitaciones
Diagnóstico de la Falla Cardíaca
El diagnóstico de la Falla Cardíaca se basa en la evaluación de los síntomas del paciente, su historial médico, un examen físico y diversas pruebas, como:
- Radiografía de tórax: Puede mostrar agrandamiento del corazón o signos de congestión pulmonar
- Ecocardiograma: Un ultrasonido del corazón que permite evaluar su estructura y función
- Electrocardiograma (ECG): Registra la actividad eléctrica del corazón y puede detectar anomalías en el ritmo o la conducción cardíaca
- Pruebas de esfuerzo: Evalúan la capacidad del corazón para responder al ejercicio
- Análisis de sangre: Pueden detectar niveles elevados de ciertas sustancias, como la troponina, que indican daño al miocardio
¿Cómo se trata la Falla Cardíaca?
El tratamiento de la Falla Cardíaca depende de la causa subyacente, la gravedad de la afección y la salud general del paciente. Los objetivos principales del tratamiento son:
- Reducir los síntomas y mejorar la calidad de vida del paciente
- Prevenir o retrasar la progresión de la enfermedad
- Disminuir el riesgo de hospitalizaciones y reingresos
Las medidas terapéuticas pueden incluir:
- Cambios en el estilo de vida: Adoptar una dieta saludable, realizar actividad física regular, controlar el peso, dejar de fumar y limitar el consumo de alcohol y sal.