En qué consiste un embarazo de riesgo
Un embarazo de riesgo repercute de forma negativa en el bebé o en la madre. Si esta es menor de edad, pesa poco, sufre determinadas enfermedades o ingiere sustancias tóxicas, son factores que pueden fomentarlo
¿Qué se considera embarazo de riesgo?
Un Embarazo de Riesgo es aquel embarazo que asocia factores que pueden repercutir de forma negativa en la salud de la madre o del feto.
Problemas que puede conllevar un embarazo de riesgo para el bebé y para la madre
Para el bebé repercute, principalmente, en un mayor riesgo de prematuridad y alteraciones en el peso del feto al nacer.
En la madre aumenta las posibilidades de complicaciones hipertensivas asociadas al embarazo o riesgo de hemorragia obstétrica y muerte materna.
Factores que fomentan un embarazo de riesgo
- Edad de la madre inferior a 15 años o superior a los 35 años
- Peso materno inferior a los 45 kg, obesidad materna o altura materna inferior a 160cm
- Enfermedades maternas como hipertensión, diabetes o alteraciones tiroideas
- Exposición a sustancias tóxicas de riesgo, tales como el alcohol, el tabaco o las drogas
- Actualmente, motivado por las condiciones sociales y laborales. El retraso de la concepción más allá de los 35 años y, en muchos casos, por encima de los 40, así como los tratamientos de reproducción asistida, con el riesgo de embarazo múltiple, están siendo dos principales factores de génesis de patología obstétrica materna y fetal
Tratamiento para el embarazo de riesgo
Idealmente se debería tratar en la consulta preconcepcional, para poder corregir los factores de riesgo antes del embarazo.
Durante el embarazo se debería tratar mediante un control clínico estrecho, analíticas de control y ecografías obstétricas.
Desde hace no mucho tiempo contamos con nuevas estrategias diagnósticas y terapéuticas orientadas a la detección del riesgo de parto prematuro y la Preeclampsia (complicación asociada a la hipertensión producida por el embarazo). La realización de pruebas analíticas y controles ecográficos específicos en momentos tan precoces como la semana 12 y 20 de embarazo, nos permite, además establecer una predicción de riesgo precoz, implantar estrategias terapéuticas específicas que reducen significativamente la tasa de estas complicaciones.