¿En qué consiste la Cirugía de Mohs?
La Cirugía de Mohs es una técnica muy eficaz para tratar el Cáncer de Piel
¿En qué consiste la Cirugía de Mohs?
Su diferencia con otros tratamientos es que permite un examen microscópico inmediato del tumor y se logran eliminar todas las raíces del cáncer y por lo tanto su extensión.
Algunos cánceres se extienden gracias a estas raíces hacia la piel, vasos sanguíneos, nervios o cartílago, y así logran volver a aparecer una vez extirpados. Al eliminar estas raíces, la Cirugía de Mohs evita que el cáncer vuelva a desarrollarse y es por eso que con esta cirugía se consiguen mayores tasas de curación.
Otra de sus ventajas es que sólo extirpa el tejido tumoral, respetando el tejido sano, por lo que se consiguen también los mejores resultados estéticos.
Desventajas
El inconveniente de la Cirugía de Mohs es que no se puede saber cuánto durará la intervención, ya que no se puede predecir el número de raíces que presentará el tumor.
Indicaciones
Esta cirugía no es adecuada para todo tipo de Cáncer de Piel, sino que se utiliza para:
- Un Cáncer de Piel que haya aparecido de nuevo tras un tratamiento previo
- Un cáncer localizado en áreas propensas a la reproducción del tumor
- Tipos histológicos de mayor agresividad y más posibilidades de recurrencia
- Un cáncer localizado en una zona donde el resultado estético es “prioritario”
Generalmente, estas condiciones hacen que la Cirugía de Mohs suela utilizarse para cánceres en nariz, labios, párpados y genitales.
El proceso hasta la cicatrización
La Cirugía de Mohs se realiza un en centro médico debidamente preparado. El paciente sólo recibe Anestesia Local, por lo que está despierto, y el área a tratar es esterilizada y marcada. El dermatólogo extirpa el cáncer visible y una fina capa de tejido adicional.
Este tejido extirpado se corta en secciones, se tiñen sus bordes y se marcan las piezas, que luego se congelan en nitrógeno líquido. Un técnico realiza luego uno finos cortes del borde y fondo de la pieza, y éstos se colocan en láminas de cristal para ser teñidos y observados al microscopio.
El patólogo examina entonces los bordes de cada pieza y esto le permite identificar las raíces del cáncer. Si se detecta tumor residual, se realiza una segunda extirpación, aunque sólo donde se haya desarrollado el tumor.
Este proceso se repite hasta que se hayan localizado y extirpado todas las raíces del cáncer. Una vez ya se haya extirpado todo el cáncer, el dermatólogo puede escoger:
- Dejar cicatrizar de forma natural
- Cerrar el defecto con una sutura directa
- Realizar un injerto cutáneo
- Realizar un colgajo cutáneo
Según el tipo de cierre que se haya realizado, la curación de la herida puede llevar más o menos tiempo, aunque en la mayoría de los casos, se tarda de 7 a 10 días en retirar los puntos.