¿En qué consiste el chequeo infantil?
El Chequeo Infantil son revisiones médicas periódicas y regulares que deben realizarse a todos los niños. Hay que recordar que los expertos en Pediatría no están sólo para tratar enfermedades, sino para prevenirlas
El Chequeo Médico Infantil son revisiones médicas periódicas y regulares que deben realizarse a todos los niños. La frecuencia de éstas varia con la edad y ha sido determinada gracias a múltiples estudios sociológicos, tanto nacionales como internacionales, generando unos protocolos específicos.
El carácter de estos chequeos es netamente preventivo y el objetivo es supervisar el crecimiento y desarrollo psicomotriz de cada niño. Es importante recordar que en los primeros años de vida, los pequeños crecen de forma exponencial, adquieren diversas habilidades y todos sus órganos y sistemas van madurando. Si en algún momento existe alguna alteración de este proceso de crecimiento, sólo puede ser detectado a través de estas rutinas.
Hay que recordar que los expertos en Pediatría no están sólo para tratar enfermedades, sino para prevenirlas. Los pacientes deben saber que la medicina preventiva es mucho más barata que la curativa, siendo la única forma de erradicar potenciales patologías.
¿Pueden detectarse dolencias graves o leves con él?
La respuesta es un rotundo sí. Es algo muy corriente que en las consultas pediátricas se detecten síntomas sutiles que alertan de que el desarrollo normal de un niño está siendo alterado. Los Chequeos Médicos son harto recomendables y obligados en la infancia.
¿Cómo trata el pediatra al niño en consulta?
Al igual que todos los profesores no son docentes y no tienen la capacidad de comunicar, no todos los médicos son capaces de manejar a los niños. Los pediatras, por regla general, saben cómo manejar a sus pequeños pacientes. Lo ideal es dedicar al menos 30 minutos a los pacientes, hablando primero con los padres y, si es necesario, enviando a los niños a la zona de juegos o distraerlos con algún juguete.
El doctor o doctora debe estar al tanto de las reacciones del paciente, adelantándose a sus reacciones y adaptándose a ellas. Si el niño no quiere ir a la camilla, por ejemplo, hay que redirigirlo a otra zona (sea de juegos o con elementos para su distracción) y examinarlos ahí. No es nada extraño ni particular tener que cambiar la secuencia normal del chequeo para que el paciente se muestre favorable.
¿Cada cuánto se recomienda el chequeo?
Las guías profesionales que utilizan los pediatras recomiendan que durante el primer año de vida del paciente, el chequeo se haga mensualmente, para analizar el crecimiento acelerado y la instrucción progresiva de alimentos.
Durante el segundo año, deben llevarse a cabo cada 2 meses. Al llegar al tercer año, cada 3 meses, y así paulatinamente hasta llegar a la pubertad. Se debe resaltar que a lo largo de los años de seguimiento, el profesional debe recomendar revisiones con diferentes especialistas como oftalmólogos, dentistas, ortopedistas y otros, según requiera el niño.