El tratamiento endovascular, primera elección terapéutica para los Aneurismas de Aorta
El tratamiento quirúrgico tradicional para la reparación de los aneurismas de aorta, iniciado a finales de los años 50 del siglo pasado
Supone la práctica de grandes incisiones y Disecciones Abdominales o torácicas para poder cambiar la aorta dañada por una Prótesis Vascular Suturada a la Aorta Sana. Esta intervención requiere Anestesia General, transfusiones de sangre, la interrupción de la circulación de la zona a reparar, y pese a ser todavía eficaz se relaciona con complicaciones graves que pueden conducir en algunos casos a la muerte del paciente.
Es por ello que muchos cirujanos se preguntaban cómo reducir estas dificultades. No fue hasta 1990 cuando el cirujano Juan Carlos Parodi hizo realidad la posibilidad de minimizar el traumatismo quirúrgico mediante el tratamiento Endovascular.
El tratamiento endovascular consiste en evitar la rotura de los aneurismas de aorta mediante el implante de una Prótesis Endovascular o Endoprótesis, que comprimidas dentro de catéteres portadores, son introducidas sobre una guía a través de pequeñas incisiones femorales o incluso percutáneamente y se abren o despliegan en el interior los aneurismas en el lugar deseado y controlado mediante la visión con Rayos X.
Por la presencia de unos anclajes y sellados proximales y distales, se crea un nuevo conducto por donde circulará la sangre, se excluye así el Aneurisma y se evita su expansión y, en consecuencia, su potencial rotura iniciándose un proceso de reabsorción o reducción de tamaño del Aneurisma.
Este tratamiento puede realizarse con anestesia local o peridural, no se precisa parar la circulación ni transfusiones de sangre, la recuperación es rápida (el ingreso se reduce a uno o dos días) y las complicaciones relacionadas son cinco veces menos frecuentes que con el tratamiento tradicional o abierto. Una de las ventajas más importantes, sobre todo para los hombres, es la eliminación del riesgo de trastornos sexuales o de impotencia con la nueva técnica, pues con la cirugía convencional alcanzan frecuencias de hasta el 40%.
Pueden someterse a esta técnica quirúrgica todos aquellos pacientes con aneurisma de aorta torácico o abdominal, con los tamaños considerados de riesgo para la rotura y con segmentos de aorta proximal y distal suficientemente sanos como para permitir el anclaje y sellado de la endoprótesis.
Más recientemente, hemos iniciado la experiencia pionera y única en nuestro país de la aplicación de suturas endovasculares, por dentro de las arterias, para asegurar mejor los sellados y anclajes de las endoprótesis. Por ello actualmente, no es una alternativa, sino que constituye la primera elección terapéutica para la mayoría de los Aneurismas de Aorta, según las últimas guías internacionales de la práctica clínica.
Menos del 6% de los casos requieren correcciones
Los riesgos inherentes a esta técnica se asocian a los posibles errores en los cálculos anatómicos, en la selección de las Endoprótesis o a un procedimiento impreciso. Una buena planificación del caso combinado con una excelente ejecución con la mejor tecnología de imagen y Rayos X, sin embargo, aseguran el éxito del procedimiento.
Actualmente, menos de un 6% de los casos precisan correcciones en los primeros 5 años. Ello representa una mejora sustancial con respecto a las primeras etapas de esta tecnología cuando hasta un 25% de los pacientes requerían someterse a algún tipo de reintervención en ese mismo periodo de tiempo. La durabilidad de la técnica ha mejorado significativamente, pero ello no exime de la realización de controles anuales ahora con Ecografía.