El Rechazo y como abordarlo
La vida consiste en probar infinidad de cosas o situaciones y cuando lo hacemos, el rechazo es una posibilidad dentro de la experiencia, aprender a aceptarlo, puede ayudarnos a crecer personalmente.
El rechazo
No hace falta que sea por cosas importantes, como que no te acepten en esa universidad a la que querías entrar o porque no te seleccionen para participar en el equipo deportivo que te interesa, o que no tengas pareja para ir a un baile o plan de fin de semana.
El rechazo también puede sentirse en situaciones cotidianas, por ejemplo, si nadie se acuerda de guardarte sitio en la mesa a la hora de comer, si la persona que te gusta de verdad habla con todo el mundo menos contigo, o si tu chiste no ha hecho gracia.
Sentirse rechazado es lo contrario a sentirse aceptado, pero el hecho que una persona reciba un rechazo (algo que nos ha ocurrido algunas veces) no significa que no la aprecien, valoren o consideren importante, sólo significa que, en una situación y con una persona en concreto, las cosas no han salido bien.
El rechazo duele, pero es imposible evitarlo por completo, de hecho, no es bueno hacerlo: las personas que tienen demasiado miedo al rechazo suelen no arriesgarse a intentar algo que desean. Desde luego, evitan el rechazo, pero también tienen absolutamente garantizado que nunca conseguirán lo que desean porque no se atreven a intentarlo.
¿Cómo afrontarlo o abordarlo?
Cuanto mejor aprendemos a manejar el rechazo, menos nos afecta. Por lo tanto, ¿cómo puedes desarrollar la capacidad de afrontar esta experiencia?
- Practica la sinceridad:
Iniciemos por los sentimientos: reconócelo ante ti mismo si te sientes rechazado. No trates de ignorar el dolor o fingir que la experiencia no te duele, en vez de pensar “no debería sentirme así", piensa que es normal sentirse como tú, dada tu situación
Percibe la intensidad de lo que sientes: ¿te ha disgustado mucho este rechazo? ¿O solo un poco?
Llora si sientes que es necesario: es una forma natural de desahogarte
Pon nombre a eso que sientes. por ejemplo: "me ha decepcionado mucho que no me hayan elegido para la presentación, me hacía muchísima ilusión y me había esforzado bastante, me siento excluido/a porque mis amigos si lo han logrado y yo no".
Si deseas, cuéntale a alguien qué ha sucedido y cómo te sientes. Elige a una persona que te escuche y te apoye. En estos casos suele ser conveniente tener incluso un terapeuta de confianza.
Contárselo a alguien puede ayudarte por dos motivos o es posible que te tranquilice saber que alguien comprende por lo que estás pasando y cómo te sientes o te exige a poner tus sentimientos en palabras.
Tanto si decides compartir tus sentimientos con otra persona como si prefieres pensar sobre ellos a solas, reconocer cómo te sientes puede ayudarte a superar emociones dolorosas.
- Trabaja en ser positivo
Cuando nos enfrentamos a una emoción dolorosa como el rechazo, es fácil que nos quedemos aferrados en lo mal que nos sentimos, pero, si pensamos en lo negativo de forma insistente, podemos tener la sensación de que revivimos la experiencia una y otra vez, lo cual, no solo seguirá lastimándonos, sino que, además, nos resultará todavía más difícil superar el rechazo que hemos vivido.
Por esto, es importante que admitas cómo te sientes, pero no te obsesiones con ello. Intenta evitar hablarlo o pensarlo a todas horas, porque el pensamiento negativo influye en lo que esperamos y en cómo actuamos, quedarnos apegados en una actitud negativa puede incluso provocar más rechazo. Desde luego, no inspira a nadie a intentarlo de nuevo.
- Revisa tus pensamientos
Ahora es vital revisar en y como piensas. Reflexiona sobre cómo te explicas el rechazo que has recibido, es decir, si estás siendo demasiado duro contigo mismo o por el contrario lo evitas. Es natural preguntarse "¿Por qué a mí?". Cuando te des una explicación, procura ser objetivo en ver los hechos.
Puedes decirte: "la persona con quien quería salir me ha rechazado porque no quería ir conmigo". En vez de: "la persona con quien quería ir me ha rechazado porque soy feo/a" o "porque soy un/a aburrido/a".
Esto no es atenerse a los hechos, sino imaginarse un motivo y dar demasiada importancia a la situación, si te asaltan pensamientos de este tipo es necesario quitarles dicho significado y neutralizarlos.
Echarnos la culpa o disminuirnos puede exagerar nuestros errores e inducirnos a creer cosas sobre nosotros que, simplemente, no son ciertas. Este tipo de pensamientos nos impiden creer en nosotros, dejar de sentirnos mal y desear intentarlo de nuevo.
Si empiezas a culpabilizarte por el rechazo o a hacerte de menos, puedes empezar a creer que siempre te rechazarán. Pensamientos como: "nadie querrá salir conmigo" o "nunca caeré bien a nadie" pueden transformar un simple rechazo en una catástrofe, recuerda lo siguiente: El rechazo puede hacer daño, generarte dolor y ser tremendamente decepcionante, pero no es el fin del mundo.
- No pierdas la perspectiva
Es mucho mejor decirte: "es cierto, esta vez me han rechazado, pero es posible que la próxima vez me digan que sí" o "ok, ha ocurrido así. No es lo que quería, pero ¿qué le vamos a hacer? A todo el mundo lo rechazan alguna vez. Y puedo intentarlo de nuevo".
Piensa en tus cualidades y en cosas que sueles hacer bien, recuerda los momentos en que te han aceptado, has estado a la altura y te han dicho que sí, piensa en todas las personas que te aprecian y apoyan.
Reconócete el hecho de haberlo intentado, de haberte arriesgado, recuerda que eres capaz de superar el rechazo y, aunque en esta ocasión te hayan rechazado, habrá otra oportunidad; adopta la actitud filosófica de “a veces, las cosas ocurren por motivos que no siempre comprendemos”.
- Saca provecho del rechazo
Esta experiencia es una oportunidad para considerar si hay cosas que se deberían trabajar en ti. Está bien plantearse si uno podría dar más de sí o si sus metas estaban por encima de sus habilidades.
Si tus capacidades no han bastado esta vez, quizá haya que estudiar más, entrenar más, prepararte mejor o lo que sea necesario para que tengas más probabilidades de que te acepten la próxima vez; utiliza el rechazo como una oportunidad para mejorar, para crecer.
Lo valioso del rechazo
A veces, el rechazo es un duro baño de realidad, pero, si lo enfocas, puede ayudarte a orientarte en una dirección que resultará perfecta para tus aptitudes, tu personalidad y todas las características que te definen como persona.