El Niño Politraumatizado
Es la causa más frecuente de muerte en niños mayores de un año, se asocia a secuelas permanentes y es un problema que incide con mayor frecuencia en niños previamente sanos
Cuando hablamos de Niño Politraumatizado o de Traumatismo Pediátrico Grave entendemos la situación de daño corporal resultante de un accidente en el que se ve implicado un niño y que afecta a diversos órganos o sistemas, o incluso uno solo, con la magnitud suficiente para poner en peligro su vida. Su importancia radica en que es la causa más frecuente de muerte en niños mayores de un año, se asocia a secuelas permanentes y es un problema que incide con mayor frecuencia en niños previamente sanos.
La atención inicial de un Niño Politraumatizado implica la existencia de un equipo multidisciplinar formado y entrenado específicamente para el manejo de lesiones múltiples simultáneas en el niño. Es importante entender que el niño tiene unas características fisiológicas y de respuesta a la agresión diferentes del adulto y que condicionan la actuación médica.
Más de 2 tercios de las muertes ocurren durante los primeros minutos del accidente, antes incluso de que lleguen los servicios sanitarios, y se deben a lesiones cerebrales, medulares y de los grandes vasos.
La única estrategia de actuación a este nivel es la prevención de accidentes y la educación vial. Sin embargo, un 30% de las muertes ocurre en las horas posteriores al accidente.
Atención al paciente Politraumatizado Pediátrico
La atención al paciente Politraumatizado Pediátrico debe ser continuada, coordinada, sistemática y con reevaluación constante.
La secuencia de actuación incluye un reconocimiento primario (valoración del TEP y la evaluación del ABCDE) junto con una resucitación inicial. Para ello se realizará exploración rápida y ordenada en 5-10 minutos con el objeto de identificar y tratar lesiones de riesgo inminente de muerte. Posteriormente se realizará un reconocimiento secundario junto con la solicitud de las pruebas complementarias necesarias, así como otros tratamientos.
Las medidas de emergencia a aplicar en el área de resucitación incluyen:
- Estabilización de la vía aérea y obtención de acceso vascular
- Reposición de la volemia sobre la base de los datos de la evaluación clínica del estado circulatorio
- Monitorización
- Realización de Ecografía abdominal focalizada para traumatismo y Radiología simple con aparato portátil
- Tratamiento de cualquier trastorno agudo y potencialmente fatal
- Identificación inmediata de toda lesión que requiera una intervención quirúrgica
- Reevaluación del paciente para identificar lesiones no asociadas con riesgo de muerte e instaurar el tratamiento apropiado
Ante estos casos es importante que el niño reciba atención médica lo más pronto posible.