“El Estrés juega un importante papel en el desarrollo del Bruxismo”
El Bruxismo se debe por el Estrés, y conlleva innumerables problemas tanto en la salud bucal como en la vida diaria del afectado
¿Qué es el Bruxismo y a qué se debe su presencia?
El Bruxismo consiste en un apretamiento desmesurado de los dientes de forma involuntaria y que el paciente no puede controlar. Su presencia es más habitual en personas de temperamento nervioso y el Estrés juega un papel importante en su desarrollo.
¿Cómo se detecta?
Normalmente es el dentista quien detecta el Bruxismo al observar un desgaste anómalo de los dientes. En ocasiones se producen alteraciones en la articulación temporomandibular, que es la que utilizamos al masticar o al hablar, debido al sobreesfuerzo que implica el apretamiento dentario. También puede aparecer cefalea o dolor de cabeza debido a la sobrecarga de los músculos masticatorios.
La patología es multifactorial, por lo que puede ser detectada por otros especialistas como los Otorrinolaringólogos por la proximidad de la articulación al oído, los Cirujanos Maxilofaciales, los Neurólogos (por las Cefaleas), Psicólogos, Fisioterapeutas, entre otros.
¿Qué consecuencias tiene sobre la salud de los dientes?
Sus consecuencias son fundamentalmente el desgaste de los dientes de manera excesiva y que también todos los trabajos realizados en boca tengan más riesgo de deteriorarse (Obturaciones, Coronas, dientes desvitalizados, Prótesis Dental e incluso los Implantes Dentales). El tratamiento pasa por reforzar los dientes y devolverles su forma original, con coronas en la mayoría de los casos.
¿Cómo puede tratarse?
Normalmente se aplica un tratamiento conservador. Sólo se recurre a la cirugía en casos muy extremos y sus resultados son inciertos.
El tratamiento suele ser multifactorial, por lo que puede ser necesaria la colaboración de varios especialistas, aunque el más indicado es el dentista que sepa tratar este tipo de trastornos. Además del uso de medicación (antiinflamatorios o miorelajantes) y Fisioterapia, están indicadas las denominadas férulas de descarga.
Estas deben hacerse a medida para cada paciente, y por ello existen diferentes tipos en dependencia de la patología tratada. Son fundamentalmente de uso nocturno, aunque también se pueden utilizar de forma diurna, y debe ser el dentista quien determine su tipo, su uso y los controles pertinentes.