Dolor Fantasma: un desafío real
A menudo, el abordaje farmacológico a través de medicamentos puede resultar complicado y no siempre es la forma más efectiva de tratar este tipo de dolor
Enfrentando el Dolor Fantasma
El Dolor Fantasma es una experiencia común para muchas personas que se han enfrentado a amputaciones de extremidades u otros apéndices corporales, como nariz, orejas, mamas e incluso órganos internos como la vejiga y el colon, a menudo, se malinterpreta como un síntoma de "ansiedad o nerviosismo", atribuyendo su origen únicamente a factores psicológicos, sin embargo, esta percepción está lejos de la realidad.
La persistencia de la sensibilidad amputada
Contrario a la creencia común, la parte del cerebro dedicada a la sensibilidad de la extremidad amputada aún permanece activa a pesar de la ausencia física de la misma, esto implica que las neuronas encargadas de informar sobre lo que sucede en esa extremidad siguen funcionando, aunque carecen de información real.
Este vacío en la percepción se llena con sensaciones anómalas, a menudo acompañadas de dolor en la zona. En otras palabras, el cerebro no olvida la existencia de esa extremidad o área del cuerpo perdida, lo que lleva a la sensación de una "extremidad fantasma", que en muchos casos se convierte en dolorosa.
Bloqueando las señales de dolor
A menudo, el abordaje farmacológico a través de medicamentos puede resultar complicado y no siempre es la forma más efectiva de tratar este tipo de dolor.
Una de las opciones de tratamiento es la implantación de un neuroestimulador espinal, este enfoque innovador implica la inserción de electrodos dentro de la médula espinal para modificar la forma en que el cerebro humano interpreta las señales de dolor provenientes de la extremidad amputada, esta técnica ha demostrado ser efectiva en el control del dolor fantasma, brindando alivio a quienes lo padecen.
Otra estrategia consiste en bloquear las señales de dolor que viajan a través de ciertos segmentos del eje axial, mediante esta técnica, se puede modificar las sensaciones dolorosas y mejorar significativamente la calidad de vida de los pacientes.