Desarrollo de los Niños: los factores emocionales son primordiales
La forma en como un niño se desarrolla es vital para una infancia, adolescencia y adultez adecuada, el contexto es de gran importancia para el correcto entendimiento de las emociones, las capacidades mentales e intelectuales.
El desarrollo desde la concepción
Una de las grandes epidemias de este siglo son las enfermedades mentales, para comenzar, debemos hablar de la concepción la cual es la gestación del niño; toda la parte física, emocional y mental de sus padres van a influir en ese desarrollo inicial del bebé.
Algunas personas piensan que el bebé por estar dentro del útero de la madre no siente, simplemente se está desarrollando un tejido y esto es completamente falso, todo lo que la madre piensa y siente está influyendo en ese desarrollo inicial del niño.
Esa parte emocional se va a prolongar desde el momento en que nace durante toda su infancia, su adolescencia y hasta llegar a la edad adulta, es decir, que los adultos son producto de toda esa historia que se tiene desde la concepción; la parte emocional es supremamente importante porque lo que no se ve suele ser siempre más importante que lo que sí se ve.
Cuerpo y mente, equilibrio esencial
Los seres humanos tenemos una parte física, pero también tenemos pensamientos y emociones y pueden ir desde emociones muy positivas como la alegría hasta emociones que nos hacen sufrir como la tristeza, el miedo incluso la misma ira porque las sustancias que se generan en las emociones positivas son diferentes a las sustancias que se generan en las emociones negativas.
Existe una sustancia en el organismo que es el cortisol y está diseñado biológicamente para que nosotros huyamos de las situaciones que nos ponen en peligro, y está planeado para que actúe de manera aguda en esas situaciones de peligro.
En esas emociones tan fuertes que hacen que ese cortisol ya no se produzca de manera aguda sino de manera constante y se comienzan a producir procesos de inflamación en nuestro organismo, es ahí donde entra el sistema neuroendocrino inmunológico que parte del cerebro ya que junto a la hipófisis está una pequeña estructura que recibe todas las emociones que tiene diferente comportamiento:
- Si son positivas se nos producen sustancias que estimulan nuestro sistema inmune
- Si esas emociones son negativas, se van a producir alteraciones también en nuestro sistema inmune
Es por ello que los niños que están sometidos a un alto nivel de estrés pueden comenzar a dar manifestaciones físicas como gripas a repetición o infecciones a repetición en diferentes sitios de su organismo, pero no necesariamente en la parte física, porque a veces los niños también comienzan a cambiar su conducta, se comen las uñas, dejan de comer, comienzan a presentar alteraciones del sueño o de un momento a otro comienzan a cambiar su comportamiento.
Las enfermedades desde los genes
Todos tenemos genes que están apagados y solo se necesita un detonante externo o interno para que ese gen se prenda y se produzca una enfermedad. Todo problema emocional o físico se puede detectar con un buen análisis e interrogatorio a los padres y un buen estudio de cada contexto del niño.
Existen formas terapéuticas como por ejemplo la homeopatía que puede abordar tanto la parte física como emocional y mental de los niños, esto acompañado de unos hábitos de vida saludable y al manejo del contexto o ambiente en el cual se desarrolle el niño.