¿Cuándo es necesario realizar un Injerto Óseo Dental?
Un Injerto de Hueso Dental es un procedimiento que se realiza para aumentar la cantidad de hueso en una parte de la mandíbula donde se ha perdido El hueso puede tomarse de otra parte del cuerpo y fusionarse quirúrgicamente con el hueso existente o utilizarse material óseo sintético
Los Injertos Óseos se realizan en casos en los que el volumen de hueso no es el adecuado, esa escasa cantidad de hueso puede ser en altura, en anchura o combinadas. Esta situación se produce tanto en casos de grandes atrofias maxilares como en zonas más limitadas. Todo esto provoca que no se puedan colocar implantes en las localizaciones ideales para la rehabilitación estético-funcional.
Esta pérdida ósea puede producirse por factores puntuales como Traumatismos Dentales, Fracturas Radiculares o pérdida de dientes generalizadas como la destrucción ocasionada por la Enfermedad Periodontal o estar desdentado desde hace tiempo.
¿Cómo se realiza un Injerto Óseo Dental?
Una vez anestesiado, se obtiene hueso autólogo (del mismo paciente) de las zonas de la boca con mayor cantidad como son la rama mandibular, la tuberosidad maxilar o el mentón. Éste se coloca en la zona receptora con escasa cantidad de hueso. Cada caso, es único y necesitará un tiempo determinado pero generalizando, esperaremos de 4 a 6 meses para la colocación de los implantes.
El uso de injertos autólogos (tejido del mismo individuo) permite la obtención de muy buenos resultados, según explican los expertos en Odontología. También se pueden utilizar aloinjertos (hueso humano tratado) y xenoinjertos, (hueso obtenido de otras especies).
Si el paciente nos autoriza, le haremos una extracción de sangre previa a la intervención quirúrgica que nos permitirá utilizar su propio Plasma Rico en Factores de Crecimiento (PRP), lo que mejorará mucho la cicatrización y el pos-operatorio de los tejidos blandos.
Pos-operatorio del Injerto Óseo Dental
El pos-operatorio del Injerto Óseo como el de todas las intervenciones quirúrgicas, suele ser molesto y comienza a inflamarse en los primeros días, para ir remitiendo paulatinamente con la medicación, el reposo relativo y el frío local. En estos días tomará dieta blanda y evitará los ejercicios físicos bruscos durante 4 semanas. Como hemos apuntado antes, el uso del PRP mejora mucho el confort del paciente tras la intervención.