Crecimiento y Desarrollo Infantil: etapas clave y consejos esenciales para padres
El crecimiento se monitorea mediante curvas de crecimiento, establecidas por la OMS, que se utilizan desde el nacimiento hasta los 18 años.
El Crecimiento y las etapas en la infancia
El Crecimiento en la infancia se divide en varias etapas que permiten observar el desarrollo de los bebés y niños en diferentes fases. A continuación, se describen las principales etapas del crecimiento infantil.
Etapas del crecimiento infantil
- Periodo neonatal: desde el nacimiento hasta los 28 días de vida del bebé. En el caso de un bebé prematuro, este periodo se extiende hasta los 28 días de edad corregida
- Lactante menor: bebés que tienen más de un mes, pero no han cumplido el primer año de vida
- Lactante mayor: desde el primer año de vida hasta los 2 años
- Preescolares: niños de 2 a 5 años, 11 meses y 28 días
- Escolares: niños de 6 años en adelante
Posteriormente, se incluyen etapas como la preadolescencia y adolescencia, pero las etapas anteriores son las principales en la infancia.
Desarrollo en el periodo neonatal
Durante el periodo neonatal, el bebé depende principalmente de los cuidados de la madre. En esta etapa, es crucial la Lactancia Materna exclusiva hasta los 6 meses de vida, tal como lo recomienda la Organización Mundial de la Salud. Luego de los 6 meses, se puede iniciar la alimentación complementaria junto con la Lactancia Materna hasta los 2 años o más.
Áreas del desarrollo infantil
El desarrollo del bebé se clasifica en cuatro áreas básicas:
- Área motora: incluye el desarrollo de movimientos y habilidades físicas
- Área del lenguaje: relacionada con la capacidad de comunicarse y comprender
- Área cognitiva: abarca la comprensión del entorno y de sí mismo
- Área social: se refiere a la interacción con los demás y el desarrollo de habilidades sociales
Estas áreas son fundamentales desde el nacimiento hasta los 6 años de vida, aunque se hacen más notables en los primeros 12 meses.
Importancia del primer año de vida
El primer año de vida es crucial, ya que es cuando se observan los mayores logros en las áreas de desarrollo mencionadas. Durante este tiempo, el bebé empieza a balbucear, establecer contacto visual, hacer giros y movimientos motrices como sentarse y, eventualmente, caminar con apoyo. Además, comienza a reconocer a las personas de su entorno.
Nutrición y desarrollo
La leche materna es esencial durante los primeros 6 meses de vida del bebé, ya que contiene todos los nutrientes necesarios: carbohidratos, proteínas, grasas, minerales y bioelementos. Una buena nutrición garantiza un crecimiento físico adecuado y un Desarrollo Neurológico óptimo.
Estimulación y desarrollo emocional
No basta con una buena nutrición; la estimulación emocional y física es clave. Los bebés necesitan contacto físico, que se les hable, cante y juegue con ellos. El juego interactivo, especialmente con los padres, es fundamental para un desarrollo adecuado. El contacto piel a piel, como el que promueve el programa "Canguro" para bebés prematuros, fomenta el Desarrollo Neurológico.
Monitoreo del crecimiento y desarrollo
El crecimiento se monitorea mediante curvas de crecimiento, establecidas por la OMS, que se utilizan desde el nacimiento hasta los 18 años. Se recomienda hacer un seguimiento del crecimiento del bebé cada mes durante el primer año y luego cada 6 meses hasta los 2 años. Después de los 2 años, se debe realizar un monitoreo anual hasta los 5 años.
Existen diversas baterías de pruebas para evaluar el desarrollo del bebé. Estas pruebas permiten verificar si el niño cumple con los hitos del desarrollo correspondientes a su edad. Un niño de 6 meses, por ejemplo, debe ser capaz de girar y sentarse con apoyo. Si no alcanza estos hitos, es importante intervenir de manera temprana.
Intervención temprana en casos de retraso
Los primeros 2 años de vida son críticos, ya que es cuando ocurre el 80% del crecimiento cerebral. Si un bebé presenta algún retraso en su Desarrollo, la intervención temprana es clave para proporcionarle las herramientas necesarias para enfrentar futuros desafíos. La plasticidad cerebral durante esta etapa permite recuperar daños o retrasos, lo que impacta positivamente en la vida futura del niño.
¿A qué especialista acudir?
Una buena nutrición basada en la Lactancia Materna, junto con la estimulación física y emocional a través del contacto y el juego, son las claves para asegurar un crecimiento y desarrollo adecuado. El monitoreo continuo y la intervención temprana por parte de un Pediatra son fundamentales para el bienestar futuro del niño.