COVID-19, síntomas, vacuna y secuelas
COVID-19 es la enfermedad infecciosa causada por el Coronavirus descubierto en diciembre de 2019, denominado SARS CoV-2
Es importante mencionar que un considerable porcentaje de las personas infectadas puede ser asintomático. Sin embargo, los síntomas más frecuentes de COVID-19 son:
- Fiebre
- Tos seca
- Fatiga
- Malestar general
- Escalofríos
- Pérdida del gusto o el olfato
- Congestión nasal
- Dolor de Cabeza
- Dolores musculares o articulares
- Dolor de garganta
- Diarrea
- Náuseas o Vómito
- Irritación conjuntival
No obstante, los síntomas de un cuadro grave de COVID-19 incluyen:
- Dificultad respiratoria
- Confusión
- Dolor u opresión en el pecho
- Fiebre alta (por encima de los 38.5° C)
Cuando el cuerpo recibe al Coronavirus
Aproximadamente el 80% de las personas que desarrolla síntomas se recupera de la enfermedad sin necesidad de recibir tratamiento hospitalario. Alrededor del 15% desarrolla una enfermedad grave y requiere oxígeno, mientras que el 5% llega a un estado crítico y requiere ingreso a unidad de cuidados intensivos y ventilación mecánica.
Entre las complicaciones que pueden llevar a la muerte se encuentran la insuficiencia respiratoria, el síndrome de dificultad respiratoria aguda, la septicemia, el choque séptico, tromboembolismos e insuficiencia multiorgánica (daño cardíaco, hepático, renal).
Respecto a la prevención de la enfermedad, es importante comentar que la infección por el nuevo Coronavirus puede prevenirse con medidas sencillas de autocuidado como el uso adecuado de mascarillas, lavado frecuente de manos con agua y jabón, o en su defecto desinfección de manos con soluciones alcohólicas, evitando permanecer en sitios cerrados y/o concurridos por periodos prolongados.
Finalmente, la vacunación previene la infección, pero es especialmente eficaz en evitar las complicaciones y muerte por COVID-19.
El manejo depende de los síntomas y su gravedad. NO es prudente automedicarse con ningún fármaco. En caso de sospecha de contagio o contacto positivo, se debe comunicar con prontitud, vía telefónica, con su médico o a las líneas COVID-19 de las diferentes aseguradoras, para recibir instrucciones.
En casa, hay medidas que salvan vidas: tener en casa un oxímetro de pulso, para monitorizar la saturación de oxígeno en la sangre y la frecuencia cardíaca. Tomar la temperatura periódicamente y consultar de inmediato ante la presencia de cualquier signo de alarma: disminución en la saturación de oxígeno o saturación menor de 92%, dificultad para respirar, fiebre alta (38.5°C o mayor), taquicardia (frecuencia cardiaca igual o mayor de 100 latidos/minuto).
El COVID-19 puede dejar diversas secuelas, incluso en personas que han tenido infección leve y que pueden durar varias semanas. Los principales síntomas que pueden presentarse después de la fase aguda son fatiga, tos seca y disnea (sensación de dificultad respiratoria o falta de aire). También son frecuentes el desacondicionamiento físico, dificultades para la concentración, Ansiedad, Depresión. Las personas que han requerido hospitalización o ingreso a UCI, pueden tener, además, secuelas neurológicas, respiratorias y cardiovasculares.
COVID-19 y la vacunación
La infección genera anticuerpos, pero no se sabe exactamente la duración de esta inmunidad natural. Es muy importante vacunarse, independientemente de haber tenido COVID-19 o no. Todas las vacunas disponibles contra COVID-19 han demostrado ser seguras y efectivas para prevenir la enfermedad, pero en especial las complicaciones y muerte. La vacunación masiva es la manera de alcanzar la inmunidad de rebaño, para poder volver a una relativa normalidad. Se considera vacunada, a la persona que ha recibido el esquema completo, para la mayoría de vacunas 2 dosis, 2 semanas después.
La vacunación es un privilegio, un derecho y un deber con nuestros seres queridos y con la sociedad. Es mucho mejor adquirir la inmunidad a través de la vacunación, que padeciendo la enfermedad y sus potenciales complicaciones y secuelas.
En tanto para la rehabilitación de esta enfermedad, se hace a través de un abordaje integral y con un trabajo interdisciplinario (rehabilitación pulmonar, ejercicio, seguimiento clínico), buscamos recuperar las secuelas, devolver la esperanza y la calidad de vida de las personas que han superado la fase aguda de COVID-19.