Cómo acabar con los ronquidos y las Apneas de Sueño
Los ronquidos y las Apneas Obstructivas del Sueño alteran gravemente el descanso de más del 50% de la población adulta, mayor de 40 años, con la consiguiente alteración de la salud y las relaciones sociales de quienes padecen esta enfermedad
Cuando dormimos, la lengua se relaja y tapa las vías aéreas. En ocasiones, esta acción se combina con el descenso del paladar blando, que también obtura las vías respiratorias. Al verse reducida la apertura de paso, el aire hace vibrar el dorso de la lengua y ello origina los ronquidos. A veces, estos ronquidos son tan severos que suponen la aparición de Apneas Obstructivas nocturnas que pueden tener graves implicaciones para la salud. En estos casos, pese a que la entrada del aire se ve impedida, el movimiento de los músculos del diafragma continúa. Este fenómeno provoca que el paciente se despierte por un ronquido fuerte para después volver a dormirse. La repetición de este síntoma provoca la fragmentación del sueño, la mala oxigenación celular y el cansancio al día siguiente.
Las personas más propensas a emitir ronquidos son aquellas que padecen una oclusión con retrusión de la mandíbula, ya que es más fácil que su lengua se desplace hacia atrás. También roncan las personas que sufren una sobreoclusión, es decir, cuando los incisivos superiores impiden prácticamente ver los inferiores mientras la boca está cerrada. Esta disfunción articular puede provocar también dolores bucales, por lo que los tratamientos para los ronquidos son beneficiosos para evitar comprensiones articulares y dolores de cabeza.
Existen Apneas Nocturnas que pueden causar la muerte. Por ello, cuando se detecta que el caso es grave a través de un medidor de Apneas (oxímetro) que se envía al domicilio del paciente y que mide el número e intensidad de las mismas se indica un estudio del sueño en profundidad, y el tratamiento se hará de forma multidisciplinar. Además del odontólogo, en estos casos intervendrán el otorrinolaringólogo, el endocrinólogo o el cardiólogo.
En cambio, si las Apneas son leves o moderadas se pueden realizar cuatro sistemas de tratamiento diferentes. El primero consiste en un aparato de ortodoncia que avanza la mandíbula inferior durante el sueño, obligando a la lengua a ir también hacia delante. El segundo, emplea un aparato intraoral que avanza la mandíbula y aparta la lengua. El tercero, menos usado, eleva el paladar blando; y el cuarto es un aparato que simplemente facilita la respiración nasal durante el sueño.
Estos métodos son más efectivos y económicos que otros agresivos como determinadas intervenciones quirúrgicas, además de más cómodos que el clásico CPAP, la máquina de presión de oxígeno a la que muchos pacientes les cuesta adaptarse. Sin embargo, la mayoría de ellos acaban acostumbrándose a dicho aparato y muchos no pueden dormir sin él.
Estos tratamientos ayudan a los pacientes a mejorar el sueño, con el consiguiente aumento de la calidad de vida, las energías y el descanso gracias a que el cuerpo no ha sufrido interrupciones en la respiración.