Cirugía Endoscópica Nasal, operaciones de nariz sin incisiones ni complicaciones
La Cirugía Endoscópica Nasal tiene como objetivo reestablecer la función habitual de los senos nasales mediane la intervención quirúrgica mínimamente invasiva
La Cirugía Endoscópica Nasal es aquella que se realiza dentro de la nariz mediante la utilización de un endoscopio, instrumento portador de una luz que permite trabajar dentro de estas fosas y de las cavidades que las rodean (senos paranasales). Además, permite trabajar en la órbita y en las vías lacrimales.
Con la colaboración del neurocirujano, podemos incluso tratar la Hipófisis y todas las patologías o tumores que están en contacto con la llamada base de cráneo, es decir, cerca de las fosas nasales.
Las ventajas que tiene la Cirugía Endoscópica Nasal son que se trabaja a través de una cavidad natural, con lo cual no es necesario hacer ningún tipo de incisión como ocurría en los procedimientos convencionales. Lo más lógico es poder acceder desde la propia fosa nasal a la patología que nos aparece en esta zona.
Patologías que trata esta cirugía
Se puede tratar todo tipo de patologías, por ejemplo:
- Pequeñas desviaciones de tabique
- Sinusitis
- Poliposis
- Tumores benignos
- Tumores malignos muy delimitados,
- Patologías de las vías lacrimales
- Patología de la órbita como descompresiones orbitarias o tumores orbitarios.
Además, con la ayuda del neurocirujano se pueden operar los Tumores de Hipófisis, tumores de la base de cráneo procedentes del cerebro como son los Meningiomas, Meningoceles y también Fístulas de líquido cefaloraquídeo, Cordomas, entre otros.
Procedimiento
Para este tipo de intervenciones se acostumbra a utilizar anestesia general, ya que sólo hay algunas patologías y cirugías en las que se utiliza anestesia local, como es la cirugía láser de las vías lacrimales y alguna patología muy circunscrita en los senos.
La mayoría de los pacientes se sorprenden de lo poco molesto que es el posoperatorio. De entrada, no están más de una noche en el hospital e incluso pueden marcharse el mismo día según el tipo de cirugía. Las que se realizan en colaboración con el neurocirujano, han reducido la estancia desde prácticamente 10 o 15 días a 2, 3 o 4 días como máximo en la clínica.