Cirugía del Cáncer de Recto
El tratamiento del Cáncer de Recto, uno de los retos quirúrgicos más importantes, ha sufrido importantísimos cambios
Inicialmente, la posibilidad de curación pasaba por una amputación de los esfínteres, que implicaba un ano artificial definitivo (Colostomía). Afortunadamente, en la década de los 80 del pasado siglo, más de la mitad de pacientes podían tratarse preservando la defecación por el ano.
Posteriormente, la mejora de la técnica quirúrgica con la extirpación completa de la envoltura rectal (mesorrecto) y el tratamiento multidisciplinar del oncólogo o radioterapeuta entre otros especialistas, ha conseguido que más del 85% de pacientes mantengan sus esfínteres anales y, además, que la supervivencia alcance un 80%.
Pero ha sido en este milenio que, la Cirugía Laparoscópica junto a unos mejores cuidados postoperatorios han conseguido una recuperación más rápida y con menos complicaciones.
Además, se pueden extirpar ciertas lesiones a través del ano con precisión mediante Microcirugía Endoscópica y la combinación de la laparoscopia con estas técnicas también denominadas TEM, TEO o TAMIS. Están permitiendo conseguir la “extirpación transanal del mesorrecto” apostando por conseguir más calidad quirúrgica con menor agresión, sin requerirse la apertura del abdomen.
Y esto no es todo, la mejora de tratamientos neoadyuvantes (Quimio-Radioterapia) previos a la cirugía y el hecho de aumentar el tiempo de espera hasta la intervención tras su empleo para que actúen con mayor eficacia, está haciendo que el tumor haya desaparecido o se haya reducido muy notablemente cuando operamos al paciente, lo que se traduce en un resultado mucho mejor.
El futuro próximo posiblemente se consolide estudios que están mostrando que, personalizando el tratamiento, podría incluso en algunos casos evitarse la cirugía, con lo que comporta. La realidad es que los resultados han mejorado notablemente tanto en la curación de esta terrible enfermedad como en la calidad de vida de nuestros pacientes.