Cambios en el tratamiento de la Degeneración Macular Asociada a la Edad (DMAE)

Cambios en el tratamiento de la Degeneración Macular Asociada a la Edad (DMAE)

Top Doctors
Escrito por: La redacción de Top Doctors Fuentes: Top Doctors CO
Editado por: TOP DOCTORS® el 28/02/2023

Una de las principales complicaciones en la terapia para tratar la Degeneración Macular Asociada a la Edad (DMAE) es el posible desgarro del epitelio, que implica la Pérdida de la Agudeza Visual de forma irreversible para el paciente

 

 

Este efecto adverso aparece en cerca del 40 por ciento de los casos considerados de alto riesgo, es decir, cuando presentan una gran cantidad de líquido en el epitelio.

 

En estos casos es imprescindible el tratamiento debido a que la enfermedad causará una pérdida de visión, pero por otro lado también sabemos que el riesgo de rotura que implica el tratamiento es alto. Una de las hipótesis que explica este efecto es que la contracción de los neovasos que se da como consecuencia del fármaco antiangiogénico aplicado durante la terapia, ocurre de manera muy brusca, lo que contribuye al desgarro del epitelio.

 

Por ello, reducir la dosis habitual de las inyecciones y duplicar la frecuencia de las inoculaciones en la terapia para el tratamiento de la Degeneración Macular asociada a la edad podría rebajar el riesgo de rotura del epitelio en pacientes con alto riesgo. Sin embargo, en ningún caso justifica usar media dosis en los pacientes estándar o de riesgo bajo.

 

Un análisis publicado en la revista Clinical Ophtalmology demuestra que redistribuir las dosis en el tratamiento de pacientes de alto riesgo reduce los efectos adversos asociados a la Pérdida de Agudeza Visual. La prueba se realizó en una paciente de 71 años que presentaba grandes desprendimientos del epitelio. Para tratarla se le administraron 2,5 miligramos de ranibizumab, que es la mitad de la cantidad habitual de la terapia, pero con un periodo quincenal en lugar de mensual, con lo que se mantenía la misma dosis total del tratamiento.

 

Los resultados demostraron que la redistribución de las dosis en la terapia ayudó a estabilizar paulatinamente la proliferación angiomatosa retinal y la agudeza visual se pudo conservar sin complicaciones patentes.  

Oftalmología