Bronquiolitis: Prevención, Riesgos y Atención Médica
La Bronquiolitis es una condición médica común en los lactantes y presenta picos epidemiológicos que no ocurren en nuestro país.
Está científicamente demostrado que estos picos se producen entre febrero y la mitad del año, así como en septiembre y octubre. Aunque muchas Bronquiolitis pueden manejarse en el hogar, existen factores de riesgo que aumentan la probabilidad de complicaciones. Estos incluyen tener menos de un año de edad, padres asmáticos o alérgicos, historial de uso de oxígeno o prematuridad.
¿Cuáles son los factores de riesgo?
Los lactantes con estos factores de riesgo tienen mayores posibilidades de desarrollar problemas respiratorios graves relacionados con la Bronquiolitis. El principal desafío de la bronquitis en estos casos es la necesidad de oxígeno. En mi ubicación, que está a una altitud considerable sobre el nivel del mar cerca de Bogotá, el riesgo se incrementa debido a este factor.
Es importante saber cuándo es necesario buscar atención médica urgente o prioritaria para un bebé con Bronquiolitis. Esto se justifica cuando el bebé no puede alimentarse, tiene fiebre, está irritable, decaído o muestra signos de dificultad respiratoria, como quejidos al respirar, uso de músculos accesorios para respirar o movimientos anormales del tórax y abdomen al respirar. Otros signos de alerta incluyen palidez o cianosis en la piel, respiración rápida sin fiebre y otros síntomas inusuales.
Para los bebés prematuros e inmunológicamente inmaduros, existe un mayor riesgo de complicaciones debido a su sistema respiratorio subdesarrollado. La Bronquiolitis, generalmente causada por infecciones virales, es una preocupación frecuente en estos casos. Existe una forma de prevención mediante inyecciones de anticuerpos para protegerlos de infecciones respiratorias graves.
¿Cómo se puede prevenir?
Varios factores contribuyen a prevenir infecciones respiratorias en bebés prematuros o con afecciones cardíacas crónicas. Estos incluyen el contacto piel a piel al nacer, la lactancia materna exclusiva, el parto por vías genitales y la higiene nasal adecuada. Evitar el contacto con personas enfermas, el humo de cigarrillo y otros irritantes también es fundamental.
Es crucial tomar decisiones racionales al buscar atención médica para bebés con síntomas de Bronquiolitis. No es necesario abarrotar los servicios de urgencia por síntomas leves como flujo nasal, tos o fiebre baja. Si el bebé está alimentándose adecuadamente, manteniendo su actividad y sueño, y la fiebre es controlable, es posible manejarlo en casa con la guía del personal de salud y vigilando signos de empeoramiento.