Asexualidad, ¿qué es y cómo abordarla?
Se considera asexualidad a la condición sexual de una persona que no siente ninguna atracción sexual y no siente deseo por el placer sexual
A pesar de no sentir atracción sexual, los asexuales sí pueden experimentar atracción romántica, ya sea hacia uno o ambos géneros (pueden ser heterorrománticos, homorrománticos o bi-románticos). Es decir, que pueden buscar relaciones de pareja románticas, pero a menudo desearían que dichas relaciones no incluyeran actividad sexual. Recientes estudios cifran su prevalencia en el 1%. Es decir, que de cada 100 personas 1 sería asexual.
Cada vez se habla más de ello porque con la asexualidad está sucediendo algo similar a lo que sucedió con otras orientaciones sexuales. En este sentido, en el año 2001 se fundó la red “AVEN”, que proviene de las siglas en inglés (Asexual Visibility and Education Network). Esta comunidad provee un espacio seguro para asexuales, investigadores o curiosos que desean conocer o preguntar sobre asexualidad.
No debe ser considerada como una enfermedad
La gente no necesita excitación sexual para estar sana. No obstante, en ocasiones, la falta de deseo sexual puede ser síntoma de alguna enfermedad física o mental, o bien consecuencia de alguna medicación. Cuando una persona que habitualmente experimenta atracción sexual deja de sentir esa excitación, es posible que sea por una causa médica subyacente.
Cuando seguir una terapia
El asexual, por definición, se siente satisfecho sin mantener relaciones sexuales. El problema es que vivimos en una sociedad sexualizada y se espera que toda la población sea sexual. Una persona asexual debe enfrentarse a una confusión grave a causa de la falta de información. Cuando estos problemas de aceptación implican un sufrimiento, un psiquiatra puede ayudar.
En otros casos, la problemática viene derivada de la vida en pareja. Cuando en la pareja uno de sus miembros es asexual y el otro no puede generar dificultades en la relación. Si la asexualidad afecta de manera adversa a la relación de pareja, es posible que un sexólogo o terapeuta de parejas pueda ayudar.