Artroscopia de hombro, ¿en qué consiste?
Hoy en día, la mayor parte de las lesiones del hombro se tratan de forma artroscópica. Al ser incisiones pequeñas existe un menor riesgo de complicaciones intraoperatorias y la recuperación del paciente es más rápida
La Artroscopia de Hombro es en una técnica quirúrgica para tratar lesiones de dicha articulación mediante pequeñas incisiones (en torno a 1 cm cada una de ellas) y a través de una cámara pequeña que transmite las imágenes en una pantalla.
Procedimiento de la Artroscopia de Hombro
Por medio de una de las incisiones, llamadas portales, se introduce la cámara, que permite ver el estado de los tendones, ligamentos y el hueso. Por el resto de los portales, se introduce el instrumental necesario para reparar todas las lesiones encontradas (Roturas de Tendones o Ligamentos, Lesiones Óseas, etc). Dicha técnica permite una perfecta visión de la articulación y de las lesiones existentes, así como una completa reparación de las mismas.
Otros de los instrumentos utilizados son los arpones y las fresas. Los primeros portan unos hilos con los que se realiza la sutura o reinserción de tendones y ligamentos. Con las fresas se pueden limar excrecencias óseas que puedan molestar, y con ayuda de otros instrumentales realizar limpiezas de la articulación.
El procedimiento se realiza con anestesia general, ya que la zona no es susceptible de anestesias locorregionales. La duración depende de la patología a tratar, pero es habitualmente de entre una y dos horas, según el número y tamaño de las lesiones existentes.
Indicaciones de la Artroscopia de Hombro
Hoy en día, la mayor parte de las lesiones del hombro se tratan de forma artroscópica, aunque este tipo de técnica está especialmente indicada en Lesiones del Manguito Rotador, con o sin rotura del mismo, en casos de inestabilidad del hombro (Luxaciones Recidivantes), Lesiones del Tendón Largo del Bíceps, Fracturas, etc.
Ventajas del uso de la técnica artroscópica
Al ser incisiones pequeñas existe un menor riesgo de complicaciones intraoperatorias y la recuperación del paciente es más rápida, ya que no se realiza una agresión importante a la musculatura.
La visión que se puede obtener a través de la cámara es incluso más completa de la que se puede obtener mediante cirugía abierta, lo que proporciona una valoración más exacta de las lesiones a tratar. También existe una ventaja estética, ya que, al cabo de un tiempo, las pequeñas heridas prácticamente no se notan.